Indudablemente que las Medallas de Bronce ( tercer puesto) que se lograron en Helsinki 1952 y Melbourne 1956 marcan un peldaño inolvidable muy dificil de volver a reconquistarse por estos tiempos .En suma lo es clasificarse a un juego olimpico para nuestro país, el próximo año nuevamente esta generación de los Batista , Osimani , Garcia Morales , Aguiar, Barrera … tendrá una chance más de soñar con volver a clasificar a nuestro país para jugar un evento de esta naturaleza
Desde que comenzaron a disputarse en 1980, Uruguay solamente logró la clasificación para los Juegos Olímpicos en una sola oportunidad, fue logrado en San Pablo ’84 ya que obtuvo un segundo lugar de dicho campeonato .
UN POCO DE HISTORIA.
De esa forma los dirigidos por Ramón Etchamendi obtenían el pasaje para los Juegos a disputarse ese año en Los Ángeles.
Esa fue una selección plagada de figuras estelares, donde se destacaban : Horacio López, Luís Pierri, Wilfredo Ruiz(foto) Walter Pagani, Carlos Peinado, Horacio Perdomo, Heber Nuñez, Luís Larrosa, Álvaro Tito entre otros
Uruguay tuvo que disputar 8 encuentros donde logro nada más y nada menos que 6 victorias.
Resultados
Uruguay 76 – Brasil 93
Uruguay 109 – México 85
Uruguay 95 – Cuba 88
Uruguay 110 – República Dominicana 106 (Alargue en 96)
Uruguay 91 – Canadá 89
Uruguay 92 – Puerto Rico 84
Uruguay 105 – Argentina 101
Uruguay 71 – Panamá 110 (Se estaba clasificado)
Posiciones:
1) Brasil
2) Uruguay
Independientemente de no haber conseguido uno de los tres primeros puestos, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 quedaron en la mejor historia de nuestro baloncesto con el sexto puesto conseguido en la oportunidad.
No en vano desde esas Olimpíadas el basket celeste no ha tenido nunca más una participación.
El recorrido hacia Los Ángeles comenzó en el Torneo Preolímpico disputado en la ciudad de San Pablo (Brasil), logrando el vice – campeonato detrás de los locales y por delante de Canadá. (Ocho encuentros jugados, ganando la friolera de seis.
El jugador emblema de esa plantel era Horacio “Tato” López (dentro de un equipo plagado de figuras) diría en su libro La Vereda del Destino “El triunfo del equipo trajo lo de siempre en las victorias uruguayas: ‘hazaña’, ‘milagro’, ‘rebeldía’, ‘a lo macho’, ‘maracanazo’. Nadie veía la verdad, que detrás de ese grupo de jugadores había años de trabajo y esfuerzo. No era una hazaña; era la culminación de un trabajo. Había logrado el éxito gracias al trabajo, y porque éramos muy buenos jugadores y mejor equipo”
Los Ángeles, esa ciudad del estado de California que ya había organizado este certamen en el año 1932, esperaba a más de 6.800 deportistas de todo el mundo a no ser los de la Unión Soviética y de ocho países más de Europa del Este (menos Rumania) devolviendo la “gentileza” de los Estados Unidos y varios países occidentales cuando cuatro años antes boicotearon los Juegos Olímpicos de Moscú, el deporte no quedaba ajeno a la Guerra Fría.
El plantel celeste estaba integrado por “Tato” López, “Fefo” Ruiz, Heber Núñez, Luis Eduardo Larrosa, Carlos Peinado, Walter Pagani, Julio Pereyra, Luis Pierre, Víctor Frattini, Álvaro Tito, Horacio Perdomo y Juan Carlos Mignone, dirigido técnicamente por “Pirulo” Etchamendy.
También el Uruguay fue representado por el boxeador Honorio Mazzón, el ciclista Carlos García, los nadadores Carlos A. Scanavino y Rosa Silva y en vela por Enrique Dupont, Alejandro E. Ferreiro y Bernd Knuppel.
En la apertura del 28 de Julio, en “Los Ángeles Memorial Coliseum” en el desfile inaugural de los deportistas el encargado de portar nuestro pabellón patrio fue su capitán Carlos Peinado.
El Uruguay vivía momentos esperanzadores a nivel social, la dictadura cívica – militar que nuestro país había comenzado a sufrir a mediados del año 1973, iba por el camino del desplome y la apertura democrática se divisaba en el horizonte venturoso.
El deporte siempre ha sido un gran embajador de los pueblos y ése grupo de basketbolistas no eran la excepción, ellos se sentían representantes de nuestro país por donde el destino le indicara donde tener que jugar.
Sentían que tres millones de uruguayos posarían sus ojos por sobre ese plantel, y ellos lo notaban, y nada es por casualidad, las ganas y el esfuerzo (sumado a la calidad por cierto) que dejaban en cada match llevaron a que se transformaran en una de las generaciones más gloriosas del baloncesto uruguayo a lo largo de su muy rica historia.
El calendario de Uruguay indicaba que el debut olímpico sería nada más y nada menos que ante la poderosa Francia, equipo que había quedado en Europa solamente por detrás de la potencia mundial, la Unión Soviética.
Nada pudo parar el espíritu y las ganas de llevarse el triunfo para el Río de la Plata, que superaron a los galos por 91 a 87.
El segundo encuentro era de los “imposibles”, a pesar que en aquellos tiempos los Estados Unidos no eran representados por los jugadores profesionales (NBA), habían ganado todas las medallas de oro, menos en Munich 1972 (plata) y en 1980 que no participaron.
Dentro del plantel se encontraba un jugador llamado Michael Jordan casi nada , el encargado de marcarlo era nuestra figura, “Tato” López, Uruguay llego a superarlos por 24 a 23 dejando el clásico “susurro de intranquilidad” que sin dudas tiene más penetración que cualquier grito o cántico, fue así que los 18.000 espectadores que estaban presentes tuvieron un dejo de incredulidad.
Luego los locales sacaron una ventaja importante y la derrota fue un hecho, pese a la misma, las posibilidades de clasificación a la segunda ronda estaban intactas.
Se venían los partidos en donde el triunfo se tenia que hacer impostergables si se quería clasificar y estar entre los ocho mejores del certamen, el primero en suerte fue Canadá con el cual existían antecedentes de victoria, pero de suerte tuvo muy poco ya que se perdió ante los más Norteamericanos del continente.
Los chinos se cruzaron en el camino, y que mala suerte tuvieron los orientales de Asia que tuvieron que enfrentarse ante ese montón de uruguayos que las paradas difíciles la superaban con amor propio y juego, fue que se triunfo por un claro e indiscutido por 77 a 64, la segunda ronda esperaba a los nuestros.
El cruce de los cuartos de final fue nada más y nada menos que Yugoslavia, ese país que se había ganado el mote de potencia mundial a fuerza de juego superlativo y que se entreveraba ante los poderosos (Estados Unidos y Unión Soviética) sin tener que estar envidiando nada. Dentro de ese plantel se encontraba una figura excepcional como lo fue Drazen Petrovic que el destino quiso que desapareciera en forma abrupta tras un accidente de automovilismo en el año 1993.
La derrota fue categórica y ahora había que disputar los partidos siguientes para terminar lo más arriba posible y por ende seguir haciendo historia.
Se vino el encuentro contra el país de Oceanía, Australia, quién ganase iba por la disputa del quinto y sexto puesto, y Uruguay triunfó, la “bestia” uruguaya del “Tato” López anoto 13 puntos en los últimos cinco minutos, y por ende el mejor equipo latinoamericano clasificado en Los Ángeles ya era Uruguay. Italia esperaba.
Ante los “azurros” fue un encuentro muy disputado donde los italianos sacaron ventajas desde el comienzo, pese a eso Uruguay logro ponerse en partido y hasta poder pasar pero el destino quiso que los celestes quedaran en la sexta posición.
El goleador de ese encuentro fue “Tato” López con 39 puntos, detalle para nada menor, ya que logro coronarse como goleador olímpico, como lo había conseguido Adesio Lombardo en Londres 1948, Helsinki 1952 y Oscar Moglia en Melbourne 1956.
“Tato” dice en su libro “Ese milagro de las Olimpíadas del 84 empezó siete años antes, en una concentración que hizo Heber Rey, o El Oso, como lo llamaban. El Oso fue el gran responsable de seleccionar por todos los rincones del país, los talentos que siete años después consiguieron el logro de la Olimpíada. Durante dos años estuvo al frente de la selección nacional”.
Uruguay disputó ocho encuentros con tres triunfos y cinco derrotas.
El oro se lo llevo Estados Unidos que derrotaron en la final a España por un categórico 96 a 65, mientras que el bronce “viajo” a Yugoslavia pues triunfaron ante Canadá por 88 a 82.
El pequeño país sudamericano de apenas 3 millones y poco de habitantes, era un grande del basketball mundial, los ojos del mundo miraban para Sudamérica con otros ojos, ya pasaron 26 años, parece tanto y parece tan poco. A usted ¿Que le parece?