La noche inolvidable de Peñarol Poco importó el paro de transporte para el hincha carbonero o el alto precio de las entradas días atrás en el partido ante River por el Apertura. El hincha peñarolense no podía faltar en este día tan especial, en la celebración de sus 120 años.
La fiesta inolvidable comenzó lentamente cercano a las 19.00 horas y culminó pasada las 23.00 con el encuentro del primer equipo aurinegro ante San Lorenzo de Almagro. Una fiesta que quedará grabada a fuego sin dudas en las retinas de los más de 35.000 hinchas que concurrieron a nuestro máximo escenario en un día tan especial.
Hinchas de todas las generaciones, sexagenarios, veteranos y no tanto, jóvenes, adolescentes y niños, todos unidos por ese "sentimiento inexplicable" de color amarillo y negro. "Soy carbonero, es un sentimiento no puedo parar….Olee, olee, ole, cada día te quiero más" estalló el Estadio Centenario una y otra vez. Comenzó la fiesta con el desfile de los jugadores de las divisiones juveniles, de Tercera a Séptima División (el futuro del club) y prosiguió con el de emblemáticas figuras que llevaron al equipo de carbonero a glorias continentales y Mundiales.
Luego se apagaron las luces del Centenario y se pudo ver por la pantalla gigante del mismo un cortometraje de más de 10 minutos donde se repasaron los mejores momentos de Peñarol, cuando alcanzó las 5 Copa Libertadores, las 3 Intercontinentales y a nivel local, con los inolvidables 2 quinquenios.
"Porque será que somos lo más grande que hay, nos copian pero no nos van a igualar. Carnaval toda la vida, mucho huevo y corazón, es la banda del glorioso Peñarol", prosiguieron los interminables cánticos que dejaron afónicos a los hinchas.
La lluvia de fuegos artificiales dio por terminado la emotiva ceremonia de tributos para dar el puntapié inicial al partido amistoso con San Lorenzo, que claro está el resultado fue sólo para la anécdota en medio de un clima tan festivo.
el mirasol VIVIÓ UNA INOLVIDABLE FIESTA DE ANIVERSARIO
“Después de esto, puedo morirme tranquilo”, resumió el ex capitán aurinegro Walter Olivera, luego de volver a levantar la Copa Intercontinental al cielo, como lo hizo en 1982. El “Indio” se emocionó como cada hincha de Peñarol que concurrió al Centenario y fue partícipe de una fiesta de aniversario inolvidable.
“Nos copian, pero no van a igualarnos"… La tribuna Ámsterdam explota en un mensaje repetido en forma de canción. A esa altura, los fuegos artificiales parecen hacer explotar el Centenario: Peñarol celebra sus 120 años a toda orquesta y se descubre un cartel luminoso con la inscripción: "120: Soy decano".
En la cancha, Néstor "Tito" Goncálvez -capitán del Peñarol de la década del 60' que ganó tres Libertadores y dos títulos del mundo-, Walter Olivera -capitán del equipo campeón de América y del Mundo en 1982- y Eduardo Pereira -capitán del equipo campeón de América en 1987- vuelven a levantar los trofeos conseguidos, como lo hicieron en el pasado, y suman uno más: la copa que distingue a Peñarol como "el mejor club del siglo XX" en el continente.
El "Indio" Olivera resume el sentimiento en una frase que eriza la piel: "Después de esto, puedo morirme tranquilo", dice y levanta a todo el Centenario, que no para de sumar emociones.
Los hinchas deliran. Todos cantan y saltan. Se vive un clima de fiesta que no mermará en toda la noche.
El partido
El amistoso ante San Lorenzo sirvió para que los jugadores del actual plantel y aquellos que dejaron su huella en la historia del club también fueran parte de la celebración. El técnico Gregorio Pérez, quien recibió una ovación emocionante, armó la oncena titular como si se tratara de un juego oficial, mandando a la cancha a Fabián Carini en el arco; Emiliano Albín, Alejandro González, Carlos Valdez y Darío Rodríguez en defensa; Nicolás Freitas, Edison Torres y Sebastián Cristóforo en el mediocampo; Joao Pedro como enganche; y Jorge Zambrana y Marcelo Zalayeta en ataque.
Estos once hombres tuvieron el orgullo de ser los titulares de la fiesta de los 120 años, donde todos -a excepción de Carini que usó el 12- lucieron ese número en la espalda. Después cedieron sus lugares -pensando en el partido del domingo ante Rentistas por el Apertura- y permitieron que el resto del plantel viviera las emociones de participar activamente del aniversario.
Para el final, quedó reservado otro de los puntos altos de la noche: la posibilidad de ver de nuevo en acción a las glorias de Peñarol. Fernando Morena, Pablo Bengoechea, Ruben Paz y Marcelo Otero, entre otros, deleitaron a todos, luciendo la camiseta aurinegra a cuadros, imitación de la primera que utilizó la institución en su historia.
Noche de festejos, de viejas glorias, de sangre amarilla y negra. El Centenario se vistió de esos colores en honor a los 120 años de Peñarol y la vieja torre de los homenajes que fue testigo de tantas hazañas, también se embanderó para la ocasión. Ni el paro de ómnibus pudo con 40 mil almas que quisieron acompañar a esa religión carbonera.
No estaban José Piendibene, ni las zancadas de Isabelino Gradín. No apareció la colgada del Tigre Young que terminó con el invicto del Flaco García, arquero del eterno rival. Tampoco el parietal inolvidable del Negro Spencer.
Sí estuvieron jugadores notables que ganaron todo con la enseña mirasol: la Libertadores, la Intercontinental, dos quinquenios… Como aquel campeonato ganado “a lo macho” bautizado por Carlos Solé después de vencer de atrás a River por la Libertadores de 1966 cuando se perdía 2-0 en Santiago. Esos monstruos vivientes que transformaron al club de las 11 estrellas en el campeón del siglo XX. La que faltó sin aviso fue la bandera más grande del mundo que en un principio estaba anunciada.
Más allá de los honores que recibieron viejas glorias que supieron llenar de copas las vitrinas de Peñarol, sobresalió un homenaje especial a Alcides Ghiggia –el único superviviente manya de Maracaná- y Fernando Morena –el máximo goleador en la historia del fútbol uruguayo-.
Entonces la fiesta estaba servida. Rayos láser, pantallas gigantes, fuegos artificiales, un cartel que se prendió con la velocidad de la luz en la Olímpica: “120 años… decano”.
El entrenador de la selección nacional, el Maestro Tabárez también fue agasajado por haber sido el técnico campeón de la Libertadores de 1987 y no ocultó su alegría. No faltó tampoco el último ídolo carbonero, Antonio Pacheco, quien recibió el reconocimiento con su hijo Benjamín en brazos.
La excusa del partido ante San Lorenzo mostró a la primera camiseta que utilizó Peñarol en su historia, dividida” en cuatro partes aurinegras y todos los jugadores –salvo Carini- utilizaron el número 120 en su espalda.
Darío Rodríguez, el actual capitán mirasol, le entregó en el entretiempo a integrantes de la hinchada, el reconocimiento por haber sido la “mejor hinchada” de la pasada Copa Libertadores, algo que hasta la propia Conmebol lo plasmó en su página web.
Allí llegó la otra parte de la fiesta, la que también esperaba el hincha: ver jugar a Ruben Paz, al Marujo Otero –quien se pagó el pasaje desde España para estar especialmente anoche-, a Pablo Bengoechea y a Fernando Morena, quienes ingresaron en la parte final del encuentro.
No importaban los quilos de más, ni alguna cana aparecida hace un tiempo, ni que alguno tuviera menos pelo. El hincha también los fue a ver a ellos por la clase que supieron demostrar. El primero en entrar fue Bengoechea, quien llegó desde Perú en la madrugada del miércoles y allí fue que el estadio se vino abajo: “¡Olé, olé, olé, olé, Pablo, Pablo!”
Fue una fiesta total, que el hincha la disfrutó como nunca con una sonrisa. Así celebró Peñarol con su gente, con su pueblo que se presentó en el Centenario, el templo de tantas vivencias. Justo ayer que se cumplían 79 años que los aurinegros ganaron el primer clásico del profesionalismo en esta misma cancha. El espectáculo se cerró con una fiesta dentro de la fiesta, con fuegos artificiales como pocas veces se habían visto.PEÑAROL 2:0 SAN LORENZO
Cancha: Estadio Centenario. Jueces: Darío Ubríaco. Nicolás Tarán y Gabriel Popovitz.
PEÑAROL: Fabián Carini (45' Leandro Gelpi), Emiliano Albín (45' Sebastián Rosano), Alejandro González (30' Gerardo Alcoba), Carlos Valdez (30' Emilio Mac Eachen), Darío Rodríguez (45' Adrián Gunino (79' Rony Aloy, hincha), Nicolás Freitas (45' Joao Neto), Edison Torres (60' Ruben Paz), Joao Pedro (50' Pablo Bengoechea), Sebastián Cristóforo(77' Sebastián Quintana, hincha), Marcelo Zalayeta (40' Cristian Palacios (55' Marcelo Otero)) y Jorge Zambrana (45' David Miller Castillo (65' Fernando Morena)). y 70' Cecilia Montenegro, hincha. Director Técnico: Gregorio Pérez.
SAN LORENZO: Nereo Champagne, Giancarlo Carmona, Jonathan Ferrari, Nicolás Bianchi, José San Román, Emiliano Tellechea (60' Leonel Rinaldi), Pablo Alvarado, Gabriel Méndez, Juan Carlos Menseguez (65' Chaparro) Bernardo Romeo (65' Juárez) y Juan Manuel Salgueiro (48' Fernando Gutiérrez).. Director Técnico: Omar Asad.
Goles: 12' Marcelo Zalayeta (P), 21' Jorge Zambrana (P).AGRADECIMIENTO. "Es difícil de explicar", dijo Pablo Bengoechea antes de comenzar el partido, al referirse a lo que se vive en el Estadio Centenario en los festejos por los 120 años de Peñarol.
Centenario dónde Peñarol Festeja sus 120 años
Móvil en vivo desde el Estadio Centenario dónde Peñarol Festeja sus 120 años, Marcelo Fernández entrevistó a Robert Lima, Gonzalo de los Santos. Pablo Bengoechea y Antonio Pachecho también dejaron sus palabras.
CENA DE GALA ABRIÓ LOS FESTEJOS. Personalidades de todos los ambientes se hicieron presentes en el Hipódromo de Maroñas y compartieron la cena de gala que brindó la institución en el arranque de su cumpleaños número 120.
El presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz, envió una carta al titular aurinegro, Juan Pedro Damiani felicitándolo por los 120 años de la institución. “Todos los que estamos con el fútbol, sea cual fuere la posición que ostenta, debemos celebrar este acontecimiento histórico: un aniversario más del club Peñarol, forjador de hitos y cuna de célebres dirigentes y futbolistas. La Conmebol rinde tributo en la persona de su presidente Damiani, a los centenares de miles de hinchas que abrazan orgullosamente la bandera aurinegra, como un ejemplo de mancomunión de esfuerzos, dignidad y arrojo. Con el saludo afectuoso, mi entrañable recuerdo”.