martes, 27 de octubre de 2009
ALEJANDRO FRANCIA UN EJEMPLO.
81 –Malvin formativas
82-83- Olivol Mundial – juveniles
84-86 –Biguá juveniles y primera división
Ese año integró la selección juvenil sub 20 con figuras como Gustavo Sczygielsky , Hugo Vázquez , Renzo Cianciarullo como estandartes .
87 -1991 –Tabaré
92- Welcome
93 – 95 Tabaré
96-Juventud de las Piedras
97 – Montevideo BBC
98 Larrañaga 1ª Permanencia
99 Atenas 1ª Rueda Campeonato
00 Goes 2ª
01 Atenas 1ª Permanencia (27 part. 14,2 ppp)
02 Atenas 1ª Permanencia (26 part. 10,5 ppp)
03 Tabaré 2ª Campeón (20,4 ppp 7 rebotes)
04 Tabaré - Liga - Descenso (21 part. 10.2 ppp 2 rpp 0.8 app)
05 Nacional - Metropolitano
Bella Vista (Dolores)
06 Capurro - Metropolitano
Marne - 3a.
07 Bohemios - Metropolitano - Campeón - (21 part. 8.6 ppp 2.9 rpp 0.5 app)
Aguada - Liga (23 part. 4.3 ppp 1,4 rpp 0.6 app)
08 Aguada - Metropolitano
Bella Vista - Liga de Soriano
09 25 de Agosto - Metropolitano (20 part. 10.1 ppp, 5.2 rpp, 0.7 app Valor 7.4)
Romis Nelimar - 3ª
10 - Larrañaga - Metropolitano.
DAVOR SUKER - LA MAXIMA ESTRELLA DEL FÚTBOL CROATA EN SU CORTA HISTORIA
Davor Suker, la pieza clave del tablero croata
por FIFAworldcup.com
Davor Suker, auténtico zorro del área y dechado de cualidades técnicas, marcó más de doscientos goles a lo largo de su carrera y disputó tres fases finales de la Copa Mundial de la FIFA, una con Yugoslavia en 1990 y otras dos con Croacia en 1998 y 2002. Una técnica sin igual, un excelente olfato de gol, inteligencia en el juego y una zurda tan rápida como potente hicieron de este artillero una leyenda del fútbol croata.
Cuando llegó a Francia 1998 como líder de su selección, Davor Suker se hallaba en el apogeo de una carrera que había empezado en 1985 con el club de su ciudad, el NK Osijek. Su talento anotador le permitió marcar 40 goles en 91 encuentros, y atrajo la atención de todos los ojeadores al anotar otros seis con Yugoslavia en el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA.
Del banquillo a la Bota de Oro
Después de lograr treinta goles en dos temporadas con el Zagreb, emprendió rumbo a la liga española, para jugar en el Sevilla, donde estuvo cinco años y perforó las redes de sus rivales nada menos que 76 veces. Este sensacional registro, así como su tanto ante Dinamarca en la Eurocopa 1996 (3-0) —batió a Peter Schmeichel mediante un balón bombeado en el que demostró una gran sangre fría—, le abrieron las puertas del Real Madrid.
En la casa blanca no tardaría en entonarse, y en su primera temporada convirtió 24 goles en 38 partidos. “En el Real Madrid viví los mejores días de mi carrera. Era la mejor ciudad, el mejor club, y allí fue donde conquisté la mayor parte de mis títulos”, recuerda aún hoy.
Aunque vio la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990 desde el banquillo con Yugoslavia, ocho años más tarde, en Francia, recuperó el tiempo perdido. Como integrante de una selección croata que participaba en su primera fase final desde la independencia y el desmembramiento de Yugoslavia, Suker fue uno de los grandes protagonistas de la legendaria epopeya. En siete partidos disputados por Croacia, vio puerta seis veces. Tan sólo tuvo la pólvora mojada en una ocasión, contra Argentina (0-1).
Inauguró su cuenta particular en la fase de liguilla, ante Jamaica (3-1), y posteriormente fue el artífice de la clasificación ante Japón (1-0), lo que convirtió en una mera anécdota la derrota a manos de Argentina en el siguiente choque. Volvió a ser decisivo en octavos de final frente a Rumania (1-0), al transformar sin contemplaciones un penal. En cuartos, el equipo de la camiseta ajedrezada sorprendió a propios y extraños al humillar a Alemania (3-0). Como no podía ser de otro modo, Suker se apuntó a la fiesta y puso el tercer tanto de esa histórica victoria.
Una tercera plaza histórica
En semifinales, los hombres de Miroslav Blazevic se enfrentaron a Francia, que acababa de superar dos complicadas eliminatorias ante Paraguay e Italia. Contra el país anfitrión, Suker creyó haber hecho lo más difícil al abrir el casillero dos minutos después del descanso. Fue uno de los dos únicos goles que recibió Fabien Barthez en todo el torneo. Pero el defensa Lilian Thuram, quien no había marcado nunca en su carrera con la selección francesa, puso fin a las esperanzas croatas con un asombroso doblete. La magnífica trayectoria de los eslavos terminó así, pero Suker se resarció de la derrota anotando el tanto del triunfo sobre Holanda (2-1) en el duelo por el bronce.
En 2002, durante la Copa Mundial de la FIFA celebrada en Asia, Suker fue mucho menos feliz. Únicamente actuó en el primer encuentro, ante México (0-1), y luego presenció como suplente las derrotas contra Italia (2-1) y Ecuador (0-1).
En el ámbito de clubes su carrera siguió el mismo camino, puesto que después de su excelente primera campaña con la elástica merengue ya no volvería a tener el nivel de sus años de gloria en España. Tras un breve paso por el Arsenal y el West Ham United, colgó las botas en la Bundesliga, en el Múnich 1860, donde anotó, en abril de 2002, su gol número 200 como profesional, sumados también los de la selección. Davor Suker saludando a los BIRIS.
suker salta al campo y mete un goolll, suker saltatee, suker saltateee.
Voy a poner ese golazo que metió Davor al Olympiakos en los dieciseisavos de final de la copa de la UEFA, a falta de un minuto para acabar el partido, como flipamos aquel díaaaa!!!!!
Pincha aquí pa bajarte ese peaso de gol
"ME GUSTARÍA PONERME LA CAMISETA DEL SEVILLA EN EL CENTENARIO"
Ocho años después de abandonar el Sevilla, Davor Suker (Osijek, 1-1-1968) volvió el pasado domingo para sentarse en el palco del Sánchez Pizjuán y contemplar el triunfo de su ex equipo ante el Recre. Suker aparcó el momento delicado por el que atraviesa -acaba de fallecer su hermana- para disfrutar noventa minutos con la grada que hace poco lo adoró. Ahora se marcha a Alemania, pero se fija un objetivo: quiere volver a pisar la hierba de Nervión en el 2005.
-¿Qué ha sentido cuando de nuevo ha visto a la afición del Sevilla?
-Ha sido algo muy bonito, se me ha puesto la carne de gallina. He podido ver a muchos amigos, al frutero... La verdad es que se te queda la boca abierta. La gente estuvo impresionante y eso es muy bonito.
-¿Guarda Suker muchos recuerdos del Sevilla?
-Sí, claro. Aquí pasé cinco años maravillosos. Siempre digo que he tenido el orgullo de jugar en dos de los clubes más grandes de España, el Sevilla y el Real Madrid.
-Las cosas ya no son como cuando estaba usted. ¿Qué impresión le ha dado el club?
-Todo sigue más o menos igual. Pasan los presidentes, Davor Suker y muchos jugadores, pero he visto que el sevillismo está vivo. Todavía nos queda alguna posibilidad de entrar en la UEFA y vamos a ver si tenemos suerte.
-¿Y a qué se dedica ahora Suker?
-Tengo varias escuelas de fútbol por Croacia, Alemania y Austria. Me gustaría hablar con tranquilidad con el presidente para ver si podemos hacer algo en el futuro con el Sevilla, pero ahora me tengo que ir rápido por la muerte de mi hermana.
¿Y no se plantea seguir en activo?
-Tengo 41 años y volver a jugar es difícil. Hay un 10% de posibilidades de que me vaya a la Liga de Qatar, pero sería para hacer un poco de turismo.
-Pues la afición bien que le pidió el domingo que saltara al campo...
-(Sonríe). Sí, bueno, pero hay al campo hay que salir a tope. Me gustó mucho el recimiento de los Biris.
-¿Qué jugador le llamó más la atención del Sevilla?
-Me gustó mucho el 11, Reyes. Es muy rápido, muy hábil y siempre pide la pelota. Creo que puede ser un regalo de Reyes para el club.
-Sabe que se acerca la fecha del centenario del club. Supongo que de alguna forma participará...
-Me gustaría ponerme otra vez la camiseta del Sevilla para ese año. Sería muy bonito jugar algún partido de celebración y poder despedirme de la gente que me ha dado tanto.
-Por cierto, ¿es verdad que usted pudo volver hace cuatro años?
-(Sonríe). Sí, se habló algo y hubo posibilidades, pero no quiero que se hable del tema. Prefiero dejarlo ahí.
Davor SUKER
Delantero
Altura: 1.83m. Peso: 78.00kg. Nacionalidad: Croacia
Nacido: 01/01/1968 en Osijek
Última hora
España pone a prueba su progresión en su último examen ante
Croacia (EFE)
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Fútbol/Mundial.- Bota de oro: Ronaldo confía en hacer historia y
en ser el único jugador que repite como 'pichichi' (Europa Press)
Estadísticas
Año : 2004
Partidos : 0
Titular : 0
Suplentes : 0
Goles : 0
Penalties : 0
Tarjetas amarillas : 0
Tarjetas rojas : 0
Minutos jugados : 0
Su trayectoria
ClubCampeonatoCompeticiones EuropeasJugados
85-86NK Osijek 3 Goles, 10 Partidos (-)
86-87NK Osijek 9 Goles, 26 Partidos (-)
87-88NK Osijek 10 Goles, 29 Partidos (-)
88-89NK Osijek 18 Goles, 26 Partidos (-)
89-90Dinamo Zagreb 12 Goles, 28 Partidos (-)
90-91Dinamo Zagreb 22 Goles, 32 Partidos (-)
91-92FC Sevilla 6 Goles, 22 Partidos (-)
92-93FC Sevilla 13 Goles, 33 Partidos (-)
93-94FC Sevilla 13 Goles, 33 Partidos (-)
94-95FC Sevilla 17 Goles, 32 Partidos (-)
95-96FC Sevilla 16 Goles, 32 Partidos (-) 3 Goles, 4 Partidos
96-97Real Madrid 24 Goles, 38 Partidos (-)
97-98Real Madrid 10 Goles, 29 Partidos (-) 6 Goles, 7 Partidos
98-99Real Madrid 4 Goles, 19 Partidos 1 Goles, 5 Partidos (Liga de
Campeones) 4 Goles, 4 Partidos
99-00Arsenal8 Goles, 21 Partidos 2 + 0 Goles, 6 + 7 Partidos (Liga
de Campeones + UEFA) 1 Goles, 4 Partidos
00-01West Ham United2 Goles, 11 Partidos (-) 1 Goles, 4 Partidos
01-02Munich 1860 4 Goles, 14 Partidos (-) 3 Partidos
02-03Munich 1860 1 Goles, 11 Partidos (-)
02-03Munich 1860 1 Goles, 11 Partidos (-)
Palmarés
1998 Campeón de la Copa Intercontinental (Real Madrid)
1998 Ganador de la Liga de Campeones (Real Madrid)
1997 Campeón de Liga (Real Madrid)
2000 Finalista de la UEFA (Arsenal)
Davor Suker, una leyenda en la historia del deporte croata, ha sido nombrado “jugador de oro” por su Asociación, distinción que exhibe con orgullo. “Además del título de máximo goleador del Mundial, es el más importante que he conseguido, y representa un gran homenaje”.
QUIÉN NO RECUERDA A PAOLO ROSSI .
PAOLO ROSSI
© AFP Entrevistado por FIFAworldcup.com
Fecha de nacimiento: 23 de septiembre de 1956
Lugar de nacimiento: Prato, Italia
Rossi estuvo cuando más lo necesitaron
Algunos futbolistas dejan su impronta en el juego, otros son capaces de exhibiciones técnicas extraordinarias y otros impresionan por su físico. Paolo Rossi no entraba en ninguna de estas categorías. Era “sólo” la encarnación del cazagoles. Durante los torneos de la Copa Mundial de la FIFA de Argentina 1978 y, sobre todo, de España 1982, este italiano conjugó la sobriedad de movimientos, la perfección en la ubicación sobre el terreno y el oportunismo innato, convirtiéndose así en uno de los mejores goleadores del mundo del fútbol.
Golpeado por el escándalo
Al año siguiente, tras una investigación, se acusó y condenó a Rossi y a otros jugadores por haber amañado el partido. El delantero italiano afirmó no haber hecho más que responder inocentemente a una pregunta hecha por un jugador rival: “¿2-2? Si quieren...”. A pesar de negarlo, se le impuso un fuerte castigo: tres años de suspensión, que se quedaron en dos tras apelar a la medida. Rossi, que entonces tenía 22 años, vio su trayectoria cortada cuando se encontraba en pleno ascenso.
El Juventus de Turín se había fijado en él a una edad muy temprana y, en 1975, lo cedió al Como, de la Serie B, para que se foguease. Más tarde recaló en las filas del Vicenza, también de la Serie B, en donde explotaría: 21 goles en la temporada 1976-1977, que sirvieron a los Biancorossi para ascender a la Serie A. La temporada siguiente lo haría aún mejor, al lograr 24 tantos, que permitieron a su equipo acabar segundo, por detrás de la Vecchia Signora.
A young starlet
© AFP
Lógicamente, Enzo Bearzot lo convocó con la selección ese mismo año. Rossi parecía imparable. A los 21 años, hizo un excelente papel en Argentina 78, en donde mostró al mundo su oportunismo. Tres goles y dos asistencias: un balance alentador.
Con una altura de 1,74 m y 66 kilos de peso, no era un jugador físico, aunque siempre estaba en el lugar preciso. Su primer gol con Italia, ante Francia, en Mar del Plata, fue el perfecto ejemplo de ello: tras una bella combinación en ataque a ras del suelo, el balón le rebotó a Rossi en la tibia y entró en la portería. Tras el torneo recibiría el apodo de “Pablito”. Siempre estaba en el lugar adecuado en el momento exacto. .
Luego vendría la suspensión. El Juventus de Turín lo había repescado justo antes de la sanción, y Rossi tuvo que pasarse dos largos años sin jugar. Volvería a los terrenos de juego a finales de abril de 1982, varias semanas antes del Mundial de España 1982. Enzo Bearzot, que seguía en el banquillo de la Squadra Azzurra, le hizo un primer regalo: llevarlo al torneo, a pesar de sus dos años de inactividad.
El emblemático entrenador italiano explicaría más tarde los motivos de su decisión: “Sabía que si Rossi no estaba en España, no tendría a ningún jugador oportunista en el área. En esa zona era realmente bueno, rápido, siempre listo para hacer la finta adecuada”.
Los tifosi se mostraron escépticos, al igual que la prensa, y lo estarían todavía un poco más después de la primera ronda. Italia se clasificó gracias a la diferencia de goles, tras no haber logrado más que tres empates y marcado dos goles. Rossi, titular, pasó inadvertido.
En la segunda fase, los italianos se encontrarían en el mismo grupo que Brasil y Argentina. En el encuentro frente a Argentina, en el que Italia venció por 2-1, Rossi siguió sin marcar. A pesar de las incesantes críticas de la prensa, Bearzot decidió dar una última oportunidad al toscano.
Idolo de una nación
© AFP
Contra Brasil, a los italianos sólo les valía la victoria, mientras que a la Seleção le bastaba con el empate. Al final de un partido extraordinario, los europeos se impusieron por 3-2 , pero lo más destacado fue la explosión de “Pablito”: una tripleta monumental, con su estilo más característico. Un balón robado y dos goles con la caña de pescar en el área; Rossi dio la campanada. La máquina se había puesto en marcha, y ya no se detendría hasta la final.
En semifinales, lograría dos nuevos tantos contra Polonia, antes de hacer el sexto en tres partidos en la final, ante Alemania Federal . Se proclamó máximo goleador de la competición y se convirtió en el héroe de los que sólo unos días antes pedían su cabeza. “Me sentí protegido, y eso fue un elemento determinante”, declaró más tarde. El momento de gloria de Rossi había llegado por fin. Ese mismo año fue elegido Balón de Oro europeo.
De vuelta en la “Juve”, en compañía de Antonio Cabrini, Marco Tardelli, Gaetano Scirea, Claudio Gentile, Michel Platini y el polaco Zbigniew Boniek, otros dos héroes de la Copa Mundial de la FIFA española, “Pablito” adornaría su palmarés. La Copa de Italia en 1983, el Scudetto y la Recopa en 1984, la Copa de Europa en 1985...
Tras esta lluvia de trofeos, Rossi abandonó Turín para enrolarse en las filas del acérrimo enemigo, el Milan AC, en el verano de 1985. Con los Rossoneri no tendría tanto éxito, pero aún así sería seleccionado para la Copa Mundial de la FIFA México 1986, en la cual no jugó, y acabaría poniendo fin a su carrera en Verona al año siguiente, con 31 años.
Harto de las lesiones, Rossi decidió dejar el fútbol antes de acabar arrastrándose por los campos. De carácter solitario, abandonó muy rápidamente el mundo del fútbol para dedicarse a su pasión, el submarinismo. Pero, sobre todo, dejó la imagen de un futbolista fuera de lo común, dotado de un oportunismo sólo superado por una humildad que probablemente no se haya visto nunca. A fond ending
© Popperfoto
Back at "Juve" with Antonio Cabrini, Marco Tardelli, Gaetano Scirea and Claudio Gentile, not to mention Michel Platini and Zbigniew Boniek, two more stars of the FIFA World Cup in Spain, "Pablito"'s appetite for honours was insatiable. The Italian Cup in 1983, the Scudetto and the Cup Winners' Cup in 1984, the European Cup in 1985…
After this flurry of silverware, he bade farewell to Turin to join arch-rivals AC Milan in the summer of 1985. Honours were harder to come by with the Rossoneri, but he was nonetheless selected in the squad for the 1986 FIFA World Cup Mexico. He didn't play, however, and, after a brief spell with Verona, finally hung up his boots the following year at the age of 31.
Prone to injury on account of exhaustion, Rossi had opted to call it a day before playing one match too many. Something of a loner, he quickly vanished from the world of football to concentrate on his passion for deep-sea diving. However he will be remembered first and foremost as a very special striker, blessed with a tremendous goalscoring instinct and a degree of humility we may never see the like of again.
Carrera como
jugador
Palmarés internacional
• 48 partidos internacionales, 20 goles
• 1978 Copa Mundial de la FIFA, Argentina; tercer puesto (3 goles)
• 1982 Copa Mundial de la FIFA, España; campeón (6 goles)
• 1986 Copa Mundial de la FIFA, México, octavos de final
Clubes
• 1975 - 1976 Como
• 1976 - 1977 Vicenza
• 1978 - 1981 Perugia
• 1981 - 1985 Juventus
• 1985 - 1986 AC Milan
• 1986 - 1987 Verona
Palmarés de clubes
• 1982 Italian Champion
• 1983 Italian Cup Champion
• 1984 European Cup Winners Cup Champion
• 1985 European Cup Champion
• 215 Serie A appearances, 82 Serie A goals
Entrevistado por FIFAworldcup.com
FIFAworldcup.com: Remontémonos a la Copa Mundial de la FIFA España 1982™; ¿cómo explica el hecho de que no lograra marcar hasta el quinto partido?
Paolo Rossi: Eso es lo misterioso del fútbol. Acababa de superar una etapa difícil de mi vida. Permanecí en el dique seco entre 1980 y 1982. Jugué mi primer partido sólo un mes antes del Mundial. Para mí, era como empezar de nuevo. El principal problema era mental, más que físico. Había perdido la fortaleza mental necesaria para un torneo tan exigente. Tenía que recuperar la tensión y la concentración que permiten practicar un deporte al máximo nivel.
¿Qué fue lo que cambió las cosas?
El apoyo incondicional que recibí de Enzo Bearzot, el entrenador, y de todos los compañeros de la selección. Me hizo sentir protegido y esa fue la clave.
En 1982, ustedes derrotaron a una gran selección de Brasil, con jugadores como Falcao, Socrates y, por supuesto, Zico. ¿Qué recuerdo guarda de ellos?
Los brasileños tenían un gran equipo, no cabe duda. Simplemente tuvieron la mala suerte de enfrentarse a una selección italiana más fuerte todavía: quizás la mejor Squadra Azzurra de la historia.
¿Se atrevería a decir que fue el partido de su vida?
Así lo creo. Marcar tres goles ante un rival como Brasil en un partido decisivo, en la segunda ronda de una Copa Mundial, no ocurre todos los días. Nunca olvidaré el primer gol que marqué contra Valdir Peres.
La Copa Mundial de la FIFA celebrada en España le hizo muy famoso, ¿todavía la gente lo para en la calle?
Sí, es increíble la popularidad que puede darte el fútbol. Regresé hace poco de Burma y, tras 20 años, todavía hubo personas allí que me pararon para firmar autógrafos. La Copa Mundial es un acontecimiento único que te encumbra a la fama con rapidez: ser campeón del mundo y marcar seis goles me convirtió en una celebridad de un día para otro. Mucha gente me sigue reconociendo.
¿Ha dicho Burma?
Sí, me encanta el buceo. Desde hace diez años dedico mi tiempo libre a encontrar los mejores lugares del mundo para bucear. Es algo por lo que siento pasión y que me llena plenamente.
En 1982, Italia no partía como una de las selecciones favoritas, ¿qué fue lo que cambió las cosas?
La personalidad y el carácter del equipo. Todos los jugadores eran muy buenos técnicamente y había un deseo inigualable de ganar. La selección tenía un gran potencial, aunque sólo comenzara a hacerse evidente tras la primera ronda, pero todos sabíamos que llegaríamos muy lejos. Esta confianza en nuestras posibilidades marcó la diferencia a nuestro favor.
¿Está de acuerdo con Dino Zoff en que la primera ronda es como una piel de plátano en el camino de Italia?
Totalmente. Recuerdo que todo el equipo estaba paralizado por el miedo a no poder superar la primera ronda. No clasificarnos hubiera sido un desastre total, y con enormes repercusiones para el fútbol italiano. Para los italianos resulta muy difícil aceptar la idea de no superar la primera ronda. Este miedo afecta al juego de la selección: corremos menos riesgos y, como consecuencia de ello, se resiente nuestro juego. Cuando llegó el turno de enfrentarnos a Argentina y Brasil, las cosas cambiaron; jugamos con orgullo y sabíamos que debíamos darlo todo y dejar nuestras inhibiciones en el vestuario.
¿Quién era el jugador más importante de aquella selección italiana?
Dino Zoff. Era el soporte del equipo, la referencia para todos nosotros.
Retrocedamos en el tiempo ¾ hasta 1978. Ustedes derrotaron a Argentina, pero ellos alzaron la Copa...
En Argentina, Italia también disponía de una selección muy fuerte. Nuestro error fue no creer en nosotros mismos. Pagamos muy cara nuestra falta de convicción. Cuando nos presentamos en semifinales contra Holanda, ya nos sentíamos satisfechos de haber llegado tan lejos, y no teníamos la fortaleza mental para luchar por el título.
¿Mereció ganar Argentina?
Creo que jugar en casa resultó decisivo, pero eso no significa que Argentina no se mereciera el título.
¿Quién fue su ídolo de adolescencia?
Un jugador llamado Hamrin, la estrella de la delantera de la Fiorentina. Los domingos solía ir con mi padre al estadio de Florencia. Hamrin era un extremo derecho al que apodaban “Pajarillo”, por su rapidez y astucia. Más tarde, ya como profesional, admiré a Michel Platini. Le vi hacer cosas increíbles con el balón. Lo tenía todo: inteligencia, precisión y técnica.
¿Cuándo se dio cuenta de que era un goleador?
De niño. Marcaba muchos goles en el patio del colegio. Desarrollé la obsesión de anotar goles. Me sentía decepcionado si no lograba ningún gol, incluso aunque hubiera jugado bien.
Su hijo Alessandro no siguió los pasos de su padre…
No. Jugó hasta los 17 años. Pero, siendo objetivo, no tenía las cualidades que se necesitan para el fútbol profesional.
¿A qué se dedica en la actualidad?
Dirijo una empresa de construcción e inmobiliaria. Comencé hace veinte años, más o menos por casualidad: cuando jugaba al fútbol invertí dinero en propiedades, y decidí continuar en esta línea cuando abandoné el fútbol.
¿Nunca se ha sentido tentado de volver al fútbol?
Nunca. Y no me arrepiento. Me cansé de pasar tantos días en hoteles y concentraciones, ¡y de ser traspasado! No quiero que nadie vuelva a dirigir mi vida.
¿Por qué decidió poner tanta distancia entre usted y el fútbol?
Fue una decisión personal. Cuando me retiré, sentí la necesidad de alejarme del entorno del fútbol, de disfrutar de la paz lejos de la tensión de este deporte. Necesitaba descansar. Pero todavía me apasiona. Sigo viendo partidos de vez en cuando, pero sin estar vinculado a ningún equipo y sin cargos oficiales. Simplemente, disfruto de los partidos como un aficionado más.
Últimamente ha sorprendido a todos diciendo que el calcio es aburrido…
Es cierto. Incluso como espectador, no disfruto mucho de este fútbol. Por eso he dejado de asistir a los partidos. Más del 90% de los partidos que vemos en televisión no merecen la pena. Falta inventiva, todo el mundo juega del mismo modo estereotipado y creo que los aficionados quieren creatividad. Existe el miedo a cometer errores y vemos 200 pases hacia atrás en cada partido. Mi idea del fútbol es el juego de Del Piero, Totti o Baggio. Cuando veo a Raúl, Figo y Zidane en el Real Madrid, me siento como si volviera a nacer. Sí, ¡me gustaría ser socio del Real Madrid!
¿Cómo encajaría Paolo Rossi en el fútbol de hoy?
Al igual que los jugadores de hoy en día. Los futbolistas forman parten de un sistema sobre el que no tienen ningún tipo de control.
© AFP Entrevistado por FIFAworldcup.com
Fecha de nacimiento: 23 de septiembre de 1956
Lugar de nacimiento: Prato, Italia
Rossi estuvo cuando más lo necesitaron
Algunos futbolistas dejan su impronta en el juego, otros son capaces de exhibiciones técnicas extraordinarias y otros impresionan por su físico. Paolo Rossi no entraba en ninguna de estas categorías. Era “sólo” la encarnación del cazagoles. Durante los torneos de la Copa Mundial de la FIFA de Argentina 1978 y, sobre todo, de España 1982, este italiano conjugó la sobriedad de movimientos, la perfección en la ubicación sobre el terreno y el oportunismo innato, convirtiéndose así en uno de los mejores goleadores del mundo del fútbol.
Golpeado por el escándalo
Al año siguiente, tras una investigación, se acusó y condenó a Rossi y a otros jugadores por haber amañado el partido. El delantero italiano afirmó no haber hecho más que responder inocentemente a una pregunta hecha por un jugador rival: “¿2-2? Si quieren...”. A pesar de negarlo, se le impuso un fuerte castigo: tres años de suspensión, que se quedaron en dos tras apelar a la medida. Rossi, que entonces tenía 22 años, vio su trayectoria cortada cuando se encontraba en pleno ascenso.
El Juventus de Turín se había fijado en él a una edad muy temprana y, en 1975, lo cedió al Como, de la Serie B, para que se foguease. Más tarde recaló en las filas del Vicenza, también de la Serie B, en donde explotaría: 21 goles en la temporada 1976-1977, que sirvieron a los Biancorossi para ascender a la Serie A. La temporada siguiente lo haría aún mejor, al lograr 24 tantos, que permitieron a su equipo acabar segundo, por detrás de la Vecchia Signora.
A young starlet
© AFP
Lógicamente, Enzo Bearzot lo convocó con la selección ese mismo año. Rossi parecía imparable. A los 21 años, hizo un excelente papel en Argentina 78, en donde mostró al mundo su oportunismo. Tres goles y dos asistencias: un balance alentador.
Con una altura de 1,74 m y 66 kilos de peso, no era un jugador físico, aunque siempre estaba en el lugar preciso. Su primer gol con Italia, ante Francia, en Mar del Plata, fue el perfecto ejemplo de ello: tras una bella combinación en ataque a ras del suelo, el balón le rebotó a Rossi en la tibia y entró en la portería. Tras el torneo recibiría el apodo de “Pablito”. Siempre estaba en el lugar adecuado en el momento exacto. .
Luego vendría la suspensión. El Juventus de Turín lo había repescado justo antes de la sanción, y Rossi tuvo que pasarse dos largos años sin jugar. Volvería a los terrenos de juego a finales de abril de 1982, varias semanas antes del Mundial de España 1982. Enzo Bearzot, que seguía en el banquillo de la Squadra Azzurra, le hizo un primer regalo: llevarlo al torneo, a pesar de sus dos años de inactividad.
El emblemático entrenador italiano explicaría más tarde los motivos de su decisión: “Sabía que si Rossi no estaba en España, no tendría a ningún jugador oportunista en el área. En esa zona era realmente bueno, rápido, siempre listo para hacer la finta adecuada”.
Los tifosi se mostraron escépticos, al igual que la prensa, y lo estarían todavía un poco más después de la primera ronda. Italia se clasificó gracias a la diferencia de goles, tras no haber logrado más que tres empates y marcado dos goles. Rossi, titular, pasó inadvertido.
En la segunda fase, los italianos se encontrarían en el mismo grupo que Brasil y Argentina. En el encuentro frente a Argentina, en el que Italia venció por 2-1, Rossi siguió sin marcar. A pesar de las incesantes críticas de la prensa, Bearzot decidió dar una última oportunidad al toscano.
Idolo de una nación
© AFP
Contra Brasil, a los italianos sólo les valía la victoria, mientras que a la Seleção le bastaba con el empate. Al final de un partido extraordinario, los europeos se impusieron por 3-2 , pero lo más destacado fue la explosión de “Pablito”: una tripleta monumental, con su estilo más característico. Un balón robado y dos goles con la caña de pescar en el área; Rossi dio la campanada. La máquina se había puesto en marcha, y ya no se detendría hasta la final.
En semifinales, lograría dos nuevos tantos contra Polonia, antes de hacer el sexto en tres partidos en la final, ante Alemania Federal . Se proclamó máximo goleador de la competición y se convirtió en el héroe de los que sólo unos días antes pedían su cabeza. “Me sentí protegido, y eso fue un elemento determinante”, declaró más tarde. El momento de gloria de Rossi había llegado por fin. Ese mismo año fue elegido Balón de Oro europeo.
De vuelta en la “Juve”, en compañía de Antonio Cabrini, Marco Tardelli, Gaetano Scirea, Claudio Gentile, Michel Platini y el polaco Zbigniew Boniek, otros dos héroes de la Copa Mundial de la FIFA española, “Pablito” adornaría su palmarés. La Copa de Italia en 1983, el Scudetto y la Recopa en 1984, la Copa de Europa en 1985...
Tras esta lluvia de trofeos, Rossi abandonó Turín para enrolarse en las filas del acérrimo enemigo, el Milan AC, en el verano de 1985. Con los Rossoneri no tendría tanto éxito, pero aún así sería seleccionado para la Copa Mundial de la FIFA México 1986, en la cual no jugó, y acabaría poniendo fin a su carrera en Verona al año siguiente, con 31 años.
Harto de las lesiones, Rossi decidió dejar el fútbol antes de acabar arrastrándose por los campos. De carácter solitario, abandonó muy rápidamente el mundo del fútbol para dedicarse a su pasión, el submarinismo. Pero, sobre todo, dejó la imagen de un futbolista fuera de lo común, dotado de un oportunismo sólo superado por una humildad que probablemente no se haya visto nunca. A fond ending
© Popperfoto
Back at "Juve" with Antonio Cabrini, Marco Tardelli, Gaetano Scirea and Claudio Gentile, not to mention Michel Platini and Zbigniew Boniek, two more stars of the FIFA World Cup in Spain, "Pablito"'s appetite for honours was insatiable. The Italian Cup in 1983, the Scudetto and the Cup Winners' Cup in 1984, the European Cup in 1985…
After this flurry of silverware, he bade farewell to Turin to join arch-rivals AC Milan in the summer of 1985. Honours were harder to come by with the Rossoneri, but he was nonetheless selected in the squad for the 1986 FIFA World Cup Mexico. He didn't play, however, and, after a brief spell with Verona, finally hung up his boots the following year at the age of 31.
Prone to injury on account of exhaustion, Rossi had opted to call it a day before playing one match too many. Something of a loner, he quickly vanished from the world of football to concentrate on his passion for deep-sea diving. However he will be remembered first and foremost as a very special striker, blessed with a tremendous goalscoring instinct and a degree of humility we may never see the like of again.
Carrera como
jugador
Palmarés internacional
• 48 partidos internacionales, 20 goles
• 1978 Copa Mundial de la FIFA, Argentina; tercer puesto (3 goles)
• 1982 Copa Mundial de la FIFA, España; campeón (6 goles)
• 1986 Copa Mundial de la FIFA, México, octavos de final
Clubes
• 1975 - 1976 Como
• 1976 - 1977 Vicenza
• 1978 - 1981 Perugia
• 1981 - 1985 Juventus
• 1985 - 1986 AC Milan
• 1986 - 1987 Verona
Palmarés de clubes
• 1982 Italian Champion
• 1983 Italian Cup Champion
• 1984 European Cup Winners Cup Champion
• 1985 European Cup Champion
• 215 Serie A appearances, 82 Serie A goals
Entrevistado por FIFAworldcup.com
FIFAworldcup.com: Remontémonos a la Copa Mundial de la FIFA España 1982™; ¿cómo explica el hecho de que no lograra marcar hasta el quinto partido?
Paolo Rossi: Eso es lo misterioso del fútbol. Acababa de superar una etapa difícil de mi vida. Permanecí en el dique seco entre 1980 y 1982. Jugué mi primer partido sólo un mes antes del Mundial. Para mí, era como empezar de nuevo. El principal problema era mental, más que físico. Había perdido la fortaleza mental necesaria para un torneo tan exigente. Tenía que recuperar la tensión y la concentración que permiten practicar un deporte al máximo nivel.
¿Qué fue lo que cambió las cosas?
El apoyo incondicional que recibí de Enzo Bearzot, el entrenador, y de todos los compañeros de la selección. Me hizo sentir protegido y esa fue la clave.
En 1982, ustedes derrotaron a una gran selección de Brasil, con jugadores como Falcao, Socrates y, por supuesto, Zico. ¿Qué recuerdo guarda de ellos?
Los brasileños tenían un gran equipo, no cabe duda. Simplemente tuvieron la mala suerte de enfrentarse a una selección italiana más fuerte todavía: quizás la mejor Squadra Azzurra de la historia.
¿Se atrevería a decir que fue el partido de su vida?
Así lo creo. Marcar tres goles ante un rival como Brasil en un partido decisivo, en la segunda ronda de una Copa Mundial, no ocurre todos los días. Nunca olvidaré el primer gol que marqué contra Valdir Peres.
La Copa Mundial de la FIFA celebrada en España le hizo muy famoso, ¿todavía la gente lo para en la calle?
Sí, es increíble la popularidad que puede darte el fútbol. Regresé hace poco de Burma y, tras 20 años, todavía hubo personas allí que me pararon para firmar autógrafos. La Copa Mundial es un acontecimiento único que te encumbra a la fama con rapidez: ser campeón del mundo y marcar seis goles me convirtió en una celebridad de un día para otro. Mucha gente me sigue reconociendo.
¿Ha dicho Burma?
Sí, me encanta el buceo. Desde hace diez años dedico mi tiempo libre a encontrar los mejores lugares del mundo para bucear. Es algo por lo que siento pasión y que me llena plenamente.
En 1982, Italia no partía como una de las selecciones favoritas, ¿qué fue lo que cambió las cosas?
La personalidad y el carácter del equipo. Todos los jugadores eran muy buenos técnicamente y había un deseo inigualable de ganar. La selección tenía un gran potencial, aunque sólo comenzara a hacerse evidente tras la primera ronda, pero todos sabíamos que llegaríamos muy lejos. Esta confianza en nuestras posibilidades marcó la diferencia a nuestro favor.
¿Está de acuerdo con Dino Zoff en que la primera ronda es como una piel de plátano en el camino de Italia?
Totalmente. Recuerdo que todo el equipo estaba paralizado por el miedo a no poder superar la primera ronda. No clasificarnos hubiera sido un desastre total, y con enormes repercusiones para el fútbol italiano. Para los italianos resulta muy difícil aceptar la idea de no superar la primera ronda. Este miedo afecta al juego de la selección: corremos menos riesgos y, como consecuencia de ello, se resiente nuestro juego. Cuando llegó el turno de enfrentarnos a Argentina y Brasil, las cosas cambiaron; jugamos con orgullo y sabíamos que debíamos darlo todo y dejar nuestras inhibiciones en el vestuario.
¿Quién era el jugador más importante de aquella selección italiana?
Dino Zoff. Era el soporte del equipo, la referencia para todos nosotros.
Retrocedamos en el tiempo ¾ hasta 1978. Ustedes derrotaron a Argentina, pero ellos alzaron la Copa...
En Argentina, Italia también disponía de una selección muy fuerte. Nuestro error fue no creer en nosotros mismos. Pagamos muy cara nuestra falta de convicción. Cuando nos presentamos en semifinales contra Holanda, ya nos sentíamos satisfechos de haber llegado tan lejos, y no teníamos la fortaleza mental para luchar por el título.
¿Mereció ganar Argentina?
Creo que jugar en casa resultó decisivo, pero eso no significa que Argentina no se mereciera el título.
¿Quién fue su ídolo de adolescencia?
Un jugador llamado Hamrin, la estrella de la delantera de la Fiorentina. Los domingos solía ir con mi padre al estadio de Florencia. Hamrin era un extremo derecho al que apodaban “Pajarillo”, por su rapidez y astucia. Más tarde, ya como profesional, admiré a Michel Platini. Le vi hacer cosas increíbles con el balón. Lo tenía todo: inteligencia, precisión y técnica.
¿Cuándo se dio cuenta de que era un goleador?
De niño. Marcaba muchos goles en el patio del colegio. Desarrollé la obsesión de anotar goles. Me sentía decepcionado si no lograba ningún gol, incluso aunque hubiera jugado bien.
Su hijo Alessandro no siguió los pasos de su padre…
No. Jugó hasta los 17 años. Pero, siendo objetivo, no tenía las cualidades que se necesitan para el fútbol profesional.
¿A qué se dedica en la actualidad?
Dirijo una empresa de construcción e inmobiliaria. Comencé hace veinte años, más o menos por casualidad: cuando jugaba al fútbol invertí dinero en propiedades, y decidí continuar en esta línea cuando abandoné el fútbol.
¿Nunca se ha sentido tentado de volver al fútbol?
Nunca. Y no me arrepiento. Me cansé de pasar tantos días en hoteles y concentraciones, ¡y de ser traspasado! No quiero que nadie vuelva a dirigir mi vida.
¿Por qué decidió poner tanta distancia entre usted y el fútbol?
Fue una decisión personal. Cuando me retiré, sentí la necesidad de alejarme del entorno del fútbol, de disfrutar de la paz lejos de la tensión de este deporte. Necesitaba descansar. Pero todavía me apasiona. Sigo viendo partidos de vez en cuando, pero sin estar vinculado a ningún equipo y sin cargos oficiales. Simplemente, disfruto de los partidos como un aficionado más.
Últimamente ha sorprendido a todos diciendo que el calcio es aburrido…
Es cierto. Incluso como espectador, no disfruto mucho de este fútbol. Por eso he dejado de asistir a los partidos. Más del 90% de los partidos que vemos en televisión no merecen la pena. Falta inventiva, todo el mundo juega del mismo modo estereotipado y creo que los aficionados quieren creatividad. Existe el miedo a cometer errores y vemos 200 pases hacia atrás en cada partido. Mi idea del fútbol es el juego de Del Piero, Totti o Baggio. Cuando veo a Raúl, Figo y Zidane en el Real Madrid, me siento como si volviera a nacer. Sí, ¡me gustaría ser socio del Real Madrid!
¿Cómo encajaría Paolo Rossi en el fútbol de hoy?
Al igual que los jugadores de hoy en día. Los futbolistas forman parten de un sistema sobre el que no tienen ningún tipo de control.
Frases célebres de la historia de los mundiales
Frases célebres de la historia de los mundiales
URUGUAY-30
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"Ellos nos ganaron por ser más guapos y más vivos. No por ser mejores jugadores", Pancho Varallo, jugador argentino, tras perder la final de 1930 ante Uruguay.
ITALIA-34
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"Admiral, Italia debe ganar esta Copa del Mundo", Benito Mussolini al presidente de la federación italiana, Admiral Vaccaro antes del Mundial de 1934.
"Italia deseaba vencer, era natural, pero se tomaron eso como algo obvio", Jean Langenus, árbitro belga de Italia-34.
FRANCIA-38
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"Nunca en mi vida me sentí tan feliz por haber perdido. Con los cuatro goles que me hicieron, salvé la vida a once seres humanos. Me contaron antes de empezar el partido que los italianos habían recibido un telegrama de Mussolini que decía: Vencer o morir", Anta Szabo, portero de Hungría tras la final perdida por su selección ante Italia en 1938.
BRASIL-50
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"Estos son los campeones del mundo", titular del diario brasileño O Mundo, un día antes del partido decisivo ante Uruguay en 1950.
"El Papa, Frank Sinatra y yo somos los únicos que conseguimos que Maracaná se quedara en silencio con 200.000 personas dentro", Alcides Ghiggia en referencia al gol de que dio el triunfo a Uruguay ante Brasil por el título del Mundial de 1950.
"Todo estaba previsto, menos la victoria de Uruguay", Jules Rimet tras el título uruguayo en Maracaná en 1950.
"No me gustó ver a aquellas 200.000 personas tristes, no me gustó ver a Rio a oscuras y sin carnaval. Es la vida. Era campeón y no sentía una alegría absoluta por ello", Obdulio Varela, capitán uruguayo tras ganar el título de 1950 en Maracaná.
"La pena máxima en Brasil son 20 años, yo ya llevo cumpliendo 44 de condena", Moacyr Barbosa, portero de Brasil en el Mundial de 1950, preguntado en 1994 sobre la derrota ante Uruguay.
INGLATERRA-66
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"Fui expulsado y después me senté en la alfombra roja que iba a la tribuna real. Me empezaron a caer latas de cerveza. No me gusta la cerveza inglesa", Rattin, tras ser expulsado en el partido de Argentina contra Inglaterra en el Mundial de 1966.
"No intercambiamos nuestras camisetas con animales", Alf Ramsey, técnico inglés tras partido con Argentina en el Mundial de 1966.
MEXICO-70
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"Yo había pensado para darme ánimo: Pelé es de carne y hueso, como yo. Estaba equivocado", Tarciso Burgnich, defensa italiano que cubrió a Pelé en la final del Mundial de 1970.
ALEMANIA-74
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"Preferíamos haber jugado contra Brasil, que eran tricampeones, con gran tradición. Contra Holanda, tardamos un poco más en entrar en calor", Paul Breitner, jugador alemán, tras ganar la final a Holanda en Alemania-74.
"Cruyff era mejor jugador, pero yo fui campeón del mundo", Franz Beckenbauer para cerrar las especulaciones de la injusticia del títlo de su Alemania en 1974 sobre la gran Holanda de aquel Mundial.
ARGENTINA-78
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"Felicito a mi colega Coutinho (de Brasil) por su campeonato moral y desearía que él me felicitase por mi campeonato real", César Luis Menotti, técnico argentino tras ganar el Mundial-78.
ESPAÑA-82
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"Con Paolo Rossi en el ataque, nuestras posibilidades de vencer el Mundial quedan reducidas", Gabriele Oriali, centrocampista de la selección italiana, antes del Mundial-82.
"Tanto criticaron a esta selección, que va a ser difícil para esas personas explicar al público como un equipo tan malo fue campeón del mundo", Bruno Conti, jugador italiano, después de que su selección ganara el Mundial-82.
MEXICO-86
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"Yo no la toqué, fue la mano de Dios", Maradona tras marcar con la mano el primer gol contra Inglaterra, en cuartos de final del Mundial de 1986.
"Está bien, el primero lo marcó con la mano, pero el segundo valió por dos", Bobby Robson, seleccionador inglés, tras los dos goles de Maradona contra su equipo, en cuartos de final del Mundial de 1986.
"Mucho elogio a Dieguito, pero con el pase que le di, el gol estaba hecho", el argentino Héctor Enrique, tras ser el último en tocar la pelota antes de que Maradona marcara el segundo gol contra Inglaterra en el Mundial de 1986.
"Si no hubiera sido un partido importante para mí, habría aplaudido", Gary Lineker en referencia al segundo gol de Maradona contra Inglaterra en el Mundial-86.
"Maravilla es Raquel Welch", Maradona cuando dijeron que el segundo gol contra Inglaterra en el Mundial-86 era una maravilla.
ITALIA-90
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"No los subestimamos. Simplemente eran mucho mejores de los que pensábamos", el seleccionador inglés Bobby Robson, después de que su equipo casi perdiera con Camerún en el Mundial de Italia-90.
"El fútbol es un deporte que juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania", Gary Lineker tras perder con Alemania en semifinales del Mundial de 1990.
ESTADOS UNIDOS-94
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"Sin duda, después del equipo del Mundial de 1970, el jugador más importante que jugó con Brasil fui yo", Romario.
"Llevé más de una mujer a la concentración", Romario tras ganar el Mundial de Estados Unidos en 1994.
FRANCIA-98
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"Estoy satisfecho con mi actuación en el Mundial, pero me faltó algo hasta ahora y es marcar un gol. Espero hacerlo en la final contra Brasil", Zinedine Zidane, antes de la final contra Brasil del Mundial de 1998.
"Estaba más amarillo que nuestra camiseta", Roberto Carlos en referencia a Ronaldo, que tuvo una indisposición antes de la final del Mundial de 1998.
COREA DEL SUR-JAPON-2002
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"Creo que ganar el Mundial es mucho mejor que el sexo. No digo que el sexo no sea genial, pero el Mundial se juega sólo una vez cada cuatro años", Ronaldo tras ganar el Mundial de 2002.
"Es increíble poder elogiar a un portero de Brasil por primera vez en la historia", Pelé sobre Marcos, guardameta de Brasil en el Mundial de 2002.
URUGUAY-30
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"Ellos nos ganaron por ser más guapos y más vivos. No por ser mejores jugadores", Pancho Varallo, jugador argentino, tras perder la final de 1930 ante Uruguay.
ITALIA-34
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"Admiral, Italia debe ganar esta Copa del Mundo", Benito Mussolini al presidente de la federación italiana, Admiral Vaccaro antes del Mundial de 1934.
"Italia deseaba vencer, era natural, pero se tomaron eso como algo obvio", Jean Langenus, árbitro belga de Italia-34.
FRANCIA-38
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"Nunca en mi vida me sentí tan feliz por haber perdido. Con los cuatro goles que me hicieron, salvé la vida a once seres humanos. Me contaron antes de empezar el partido que los italianos habían recibido un telegrama de Mussolini que decía: Vencer o morir", Anta Szabo, portero de Hungría tras la final perdida por su selección ante Italia en 1938.
BRASIL-50
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"Estos son los campeones del mundo", titular del diario brasileño O Mundo, un día antes del partido decisivo ante Uruguay en 1950.
"El Papa, Frank Sinatra y yo somos los únicos que conseguimos que Maracaná se quedara en silencio con 200.000 personas dentro", Alcides Ghiggia en referencia al gol de que dio el triunfo a Uruguay ante Brasil por el título del Mundial de 1950.
"Todo estaba previsto, menos la victoria de Uruguay", Jules Rimet tras el título uruguayo en Maracaná en 1950.
"No me gustó ver a aquellas 200.000 personas tristes, no me gustó ver a Rio a oscuras y sin carnaval. Es la vida. Era campeón y no sentía una alegría absoluta por ello", Obdulio Varela, capitán uruguayo tras ganar el título de 1950 en Maracaná.
"La pena máxima en Brasil son 20 años, yo ya llevo cumpliendo 44 de condena", Moacyr Barbosa, portero de Brasil en el Mundial de 1950, preguntado en 1994 sobre la derrota ante Uruguay.
INGLATERRA-66
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"Fui expulsado y después me senté en la alfombra roja que iba a la tribuna real. Me empezaron a caer latas de cerveza. No me gusta la cerveza inglesa", Rattin, tras ser expulsado en el partido de Argentina contra Inglaterra en el Mundial de 1966.
"No intercambiamos nuestras camisetas con animales", Alf Ramsey, técnico inglés tras partido con Argentina en el Mundial de 1966.
MEXICO-70
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"Yo había pensado para darme ánimo: Pelé es de carne y hueso, como yo. Estaba equivocado", Tarciso Burgnich, defensa italiano que cubrió a Pelé en la final del Mundial de 1970.
ALEMANIA-74
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"Preferíamos haber jugado contra Brasil, que eran tricampeones, con gran tradición. Contra Holanda, tardamos un poco más en entrar en calor", Paul Breitner, jugador alemán, tras ganar la final a Holanda en Alemania-74.
"Cruyff era mejor jugador, pero yo fui campeón del mundo", Franz Beckenbauer para cerrar las especulaciones de la injusticia del títlo de su Alemania en 1974 sobre la gran Holanda de aquel Mundial.
ARGENTINA-78
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"Felicito a mi colega Coutinho (de Brasil) por su campeonato moral y desearía que él me felicitase por mi campeonato real", César Luis Menotti, técnico argentino tras ganar el Mundial-78.
ESPAÑA-82
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"Con Paolo Rossi en el ataque, nuestras posibilidades de vencer el Mundial quedan reducidas", Gabriele Oriali, centrocampista de la selección italiana, antes del Mundial-82.
"Tanto criticaron a esta selección, que va a ser difícil para esas personas explicar al público como un equipo tan malo fue campeón del mundo", Bruno Conti, jugador italiano, después de que su selección ganara el Mundial-82.
MEXICO-86
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"Yo no la toqué, fue la mano de Dios", Maradona tras marcar con la mano el primer gol contra Inglaterra, en cuartos de final del Mundial de 1986.
"Está bien, el primero lo marcó con la mano, pero el segundo valió por dos", Bobby Robson, seleccionador inglés, tras los dos goles de Maradona contra su equipo, en cuartos de final del Mundial de 1986.
"Mucho elogio a Dieguito, pero con el pase que le di, el gol estaba hecho", el argentino Héctor Enrique, tras ser el último en tocar la pelota antes de que Maradona marcara el segundo gol contra Inglaterra en el Mundial de 1986.
"Si no hubiera sido un partido importante para mí, habría aplaudido", Gary Lineker en referencia al segundo gol de Maradona contra Inglaterra en el Mundial-86.
"Maravilla es Raquel Welch", Maradona cuando dijeron que el segundo gol contra Inglaterra en el Mundial-86 era una maravilla.
ITALIA-90
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"No los subestimamos. Simplemente eran mucho mejores de los que pensábamos", el seleccionador inglés Bobby Robson, después de que su equipo casi perdiera con Camerún en el Mundial de Italia-90.
"El fútbol es un deporte que juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania", Gary Lineker tras perder con Alemania en semifinales del Mundial de 1990.
ESTADOS UNIDOS-94
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"Sin duda, después del equipo del Mundial de 1970, el jugador más importante que jugó con Brasil fui yo", Romario.
"Llevé más de una mujer a la concentración", Romario tras ganar el Mundial de Estados Unidos en 1994.
FRANCIA-98
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"Estoy satisfecho con mi actuación en el Mundial, pero me faltó algo hasta ahora y es marcar un gol. Espero hacerlo en la final contra Brasil", Zinedine Zidane, antes de la final contra Brasil del Mundial de 1998.
"Estaba más amarillo que nuestra camiseta", Roberto Carlos en referencia a Ronaldo, que tuvo una indisposición antes de la final del Mundial de 1998.
COREA DEL SUR-JAPON-2002
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"Creo que ganar el Mundial es mucho mejor que el sexo. No digo que el sexo no sea genial, pero el Mundial se juega sólo una vez cada cuatro años", Ronaldo tras ganar el Mundial de 2002.
"Es increíble poder elogiar a un portero de Brasil por primera vez en la historia", Pelé sobre Marcos, guardameta de Brasil en el Mundial de 2002.
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