No es difícil reconocerlo. Físicamente está muy parecido a aquel que aparece en los retratos
de los campeones en las instalaciones de Nacional.
Camina unos metros por Beira-Río y se detiene varias veces para sacarse fotos con hinchas.
Los funcionarios del club lo saludan y hasta el vicepresidente le deja la sala de sesiones
libre para que pueda recordar junto a Ovación lo vivido en Uruguay, un país que hace 37
años no pisa: “Si Dios quiere voy a volver pronto, me invitaron a participar de los festejos
por los títulos del 71. En junio pienso estar en Montevideo“, dice Manga.
Airton Correia de Arruda tiene 74 años y hace uno que trabaja en Inter, algo en lo que
mucho tuvo que ver, según cuenta, Jorge Fossati, quien en su momento dijo:
“Inter no trajo a Manga, trajo una copa más para el club“.
El ex arquero, mundialista con la selección de Brasil, se encarga de supervisar
el trabajo de los entrenadores de goleros que tiene el club, en todas sus categorías.
Manga llegó a Nacional en 1969, de la mano del entrenador Zezé Moreira. Fue cuatro
veces campeón uruguayo, una vez de América y una vez del mundo. Al comienzo
de la charla recuerda los clásicos ante Peñarol, con algunas peleas incluidas aunque
él afirma que no participaba de los líos.
Hoy, desde otro lugar, vuelve
a enfrentar a los aurinegros. “Nunca
ofendí ni voy a ofender a Peñarol.
A pesar de tantos años sin ir, tengo
en el corazón todo el cariño de la
gente de Nacional, pero sobre todo
el respeto de todo Uruguay.
Fui compañero de Rocha acá en Brasil y me hice muy amigo, soy amigo de Pablo Forlán,
Matosas… no hay problema con Peñarol“, dice.
Luego de definirse como un arquero “valiente”,admite que aprendió
mucho en Uruguay. “El golero brasileño no sabe salir, se queda mucho en el arco
. Yo aprendí de los arqueros uruguayos, y el trabajo allí en Nacional me dio
, no hay que olvidarse que enfrente tenía a Spencer, Rocha, Abbadie. Me tocó
ganar y me tocó perder, pero yo los respetaba a ellos y ellos respetaban a Manga“,
cuenta.
Manga dice que prefiere los arqueros “grandes” (“yo dominaba las dos áreas,
la chica y la grande gracias a mi físico) y que no entiende la nueva “moda” de
cortar el juego aéreo con un puñetazo a dos manos: “Si usted tiene las dos manos
juntas para darle a la bola con los puños, también las tiene para abrirlas y atraparla,
¿no?“, le dice a sus arqueros en los entrenamientos.
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