Esta simpática y dócil mascota se llamaba "Meow", posiblemente el gato más gordo del mundo, falleció debido a una falla cardíaca, pese a que había comenzado a adelgazar.
"Meow", un dócil gato de pelaje blanco con partes atigradas, vivía en un refugio de animales de Nuevo México desde hace un mes, cuando su propietario, un hombre de 87 años, lo internó allí porque ya no podía ocuparse de él.
Según consigna la agencia noticiosa Associated Press, los veterinarios del refugio se quedaron sorprendidos por el tamaño del felino, cuyo peso era de casi 18 kilos. De inmediato decidieron ponerlo a dieta, y lograron que bajara un kilo en menos de un mes. Los progresos de Mewow eran publicados en Facebook, donde se convirtió en una pequeña celebridad.
Pese a los cuidados que se le prodigaban, el animal -quizá afectado por la ausencia de su propietario- comenzó a tener problemas de salud. La semana pasada comenzó a presentar dificultades respiratorias, por lo que se le realizaron varios estudios, incluyendo rayos equis y un ultrasonido de corazón. Además se le colocó oxígeno.
Para consternación de todo el personal del refugio, Meow falleció el sábado. "Estábamos impactados y horrorizados. Todos nos habíamos enamorado de él", dijo Mary Martin, directora de la institución.
La funcionaria destacó que al conocerse la noticia, el refugio recibió numerosos mensajes de condolencias de todo el país. Muchos propietarios de gatos decían que la historia de Meow los había convencido de cuidar mejor la alimentación de sus mascotas.
Las causas de la gran obesidad de la malogrado felino no están del todo claras, aunque los veterinarios que lo trataron apuntan al frecuente "dúo mortal" de sedentarismo y exceso de calorías.
Con sus casi 18 kilos de peso, Meow superó largamente el peso promedio de su especie, que suele rondar entre 3 y 5 kilos.
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