domingo, 25 de octubre de 2009
JUANJO RAMOS - TODOS TE RECORDAMOS
Mi recuerdo para Juan José Ramos
Para quién escribe simplemente “el Juanjo”.
Lo conocí cuando recién comenzaba sus actividades docentes en el recordado liceo Mons .Nicolás Luquese más conocido como Santa Elena , a esa recordada Institución Tan querida , donde pasé mis mejores cuatro años a nivel de Educación Secundaria y diría que hasta el día de hoy recuerdo con mucha nostalgia mezclada con la alegría que dios me haya dado esa posibilidad de haber concurrido de 1er año hasta 4 año de Liceo. Indudablemente al ser una Institución Católica , no sólo se limitaba solamente a las materias tradicionales regidas por el Codicen o Conae( viejo organismo rector de las enseñanzas de educación secundaria), sino también al tener creo que dos veces por semana clase de Catequesis y allí conocí a Juanjo –nuestro Catequista por entonces- ya desde ese momento demostró ser una gran persona que indudablemente su vocación y su adhesión al señor Jesucristo .. al catolicismo en general ..tuvo como fuente de inspiración el compartir sus ideales con todos nosotros construyéndonos un camino por el que todos debíamos transitar.
Por encima de tener que imponer una disciplina ya que a muchos de nosotros la juventud (aclaro no todos)nos traicionaba y no valorábamos conceptualmente lo que encierra la vida de Dios , el resurgimiento de Jesús , el momento del rezo , al incorporar la Biblia como libro de cabecera algo que ahora con 39 años cada 2 o 3 días es mi compañera en momentos que debo recurrir a ella.. Y Juanjo , asi también como su compañera de Catequesis por entonces – peco por no recordar su nombre..Cristina?? ..que me disculpe- , la hermana Paulina García entre otras personas que fueron fundamentales para que en mí se produjera ese interés por conocer y por aferrarme a la palabra del señor.
No tengo empacho en decir que al principio estaba deseando que esta clase terminará jeje , pero como ustedes saben cuando se te cambia el chips y tenés mas años de vida y experiencia recién ahí valoras todo lo que viviste en esos años .
Con Juan José Ramos me paso que tuve varias recriminaciones por no estar concentrado en la clase de religión – como le llamaba- y varias veces tuve encontronazos porque no era lo aplicado que debía ser. Ejemplos ..mientras él leía la Biblia , nosotros no hacíamos más que distraernos y molestar la armonía de la clase.
Y Juanjo con una paciencia atroz nunca se quejo, solamente en lo personal me dijo tanto a mí como a otros compañeros que eran mis más afines por nombrarlos; Richard y Daniel Curto, Gustavo Naveiras , Adrian Cittadini ect ..que si ibámos a molestar nos invitaba a quedarnos afuera de la clase , pero siempre con mucho respeto jamás un grito, una desubicación , lo que valoriza de sobremanera .
Con el paso del tiempo tuve la suerte por estar trabajando en un Banco el Comercial – el viejo banco - me reencontré con él , ya más viejo , con menos cabello , pero abocado 100 % a su actividad gremial y dar el todo por el todo para que los Bancos tuvieran que ser justos con sus empleados , peleando por la siempre insegura reivindicación salarial que a muchos empleados bancarios( en su momento me tocó en carne propia ) con el mismo espíritu indomable , esto lo llevo a ser la cara visible de la agremiación de los funcionarios bancarios AEBU ,luchando por sus derechos de manera efusiva y con mucha... mucha garra.
Convencido de sus ideas, muchos lo vimos en la televisión cuando increpaba a un empleado de una multinacional de seguros por no acatar una medida gremial. Lo vi, como todos los uruguayos, en las puertas de un banco de la Ciudad Vieja en una huelga de ese banco, ofuscado, contrariado por la decisión de la empresa ya que él entendía que se afectaban derechos laborales. Lo hacía de manera vehemente. Hasta ese momento vi a un personaje que ejercitaba de manera muy impetuosa, apasionada, y diría que hasta fuera de lo común, sus derechos.
En ese marco, la crisis del año 2002, la peor que todos los que hoy habitamos este país recordamos, me permitió desenmascarar para quien no conocian a Juanjo Ramos en su faceta más pura . Todos mis preconceptos por suerte cambiaron ya que allí descubrí a un Gran Uruguayo, a un Grande, a un ser cariñoso, comprensivo y efervescente- en mi nuca hubo duda-. Para él, estuvo primero el país, y luego los intereses sindicales y personales . Para él primero estuvo la estabilidad, luego él y su familia. Y esa mentalidad lo llevo a descuidar su ya precaria salud a la cual él no le daba la trascedencia debida por avasallar el servicio a la causa que el defendía que era la de los ahorristas de los bancos acorralados en esa penosa crisis vivida en el año 2.002
En los meses previos a lo que fue la salida definitiva a la crisis bancaria, y lo mas importante, en los posteriores, Juanjo fue una de las claves silenciosas de la calma en la tormenta financiera. Fue el tranquilizante en los momentos de la crisis nerviosa. Fue la persona que se acercó, en silencio, pero con decisión a ayudar
Pero su afán de ayudar no comenzó en ese momento, sino en diciembre de 2001, cuando se despertaba la crisis de liquidez en el Banco Galicia y era necesario bajar la pelota al piso; Juanjo lo hizo. Trató, aunque sin éxito, en la medida de sus posibilidades que la gente se tranquilizara y no siguiera la sangría de los depósitos. Apareció un paro bancario por razones circunstanciales que la verdad no recuerdo, pues la razón real era que durante al menos un día la gente no sacara los dineros del banco.. Creo que los dos compartíamos algo mucho más importante que los colores de un cuadro de fútbol (él era manya a muerte tanto que llegó a ser dirigente del club de sus amores y hasta dirigente de la Asociación Uruguaya de Fútbol) como es el amor al país y a la libertad.
Tengo muchas anécdotas de Juanjo que lo colocan en la categoría de un Grande.
Un día me dijo Flavio no me siento bien tengo un quebranto de salud que no creo que salga adelante pero hasta el último día luchare por mis ideales. El quería que sus compañeros, los afiliados a AEBU, mantuvieran sus puestos de trabajo. No fue posible todo lo que él pretendía; sin embargo, apoyó la ley que a la postre fue el comienzo de la solución al saneamiento del sistema bancario. Se quedó con la sangre en el ojo, pero con entereza apoyó al país.
En diciembre de 2002, cuando comenzaba a asomar la salida a la crisis financiera, aun cuando faltaba lo más duro, que era la negociación de la deuda soberana con los organismos internacionales, me lo encontré en la calle. Creo que fue un 23 de diciembre; yo iba por la Avenida Batlle y Ordóñez y nos saludamos. Paró su auto y yo el mío. .Conversamos largo y tendido recordando que viejas épocas que Ramos con ojos algo llorosos en un momento me comento que lo que mas temia es no hacer justicia y que los ahorristas que tiene acorralados sus ahorros consigan recuperlos y que si esto le seguía costando su salud era un precio muy barato porque su mayor alegría era ver a esta gente que veía como se le iba de sus manos el ahorro de muchos años de trabajo Mucho luchó por eso..Cada tanto hablamos telefónicamente, sólo para saber cómo estaba y cómo iban las cosas del país. Para mí fue muy lindo que alguien que en el pasado era un catequista de mi recordado colegio , se hubiera convertido en un amigo. Juanjo pasó a ser un referente, un amigo, un Grande..La última vez que hablé con él fue hace unos pocos días antes del final , cuando él creía haber ganado su lucha por la vida. Lo llamé.. En ese momento me comentó que estaba mejor y con ganas de seguir luchando.
El jueves 16 de agosto d 2007 me enteré de su muerte. Me pegó duro, como a muchos. Sin embargo, me motivó a recordarlo, a rendirle mi homenaje, basado en mis sentimientos. Un homenaje a la vida por la que él lucho. Quiero agradecer a Juanjo lo que me enseñó desde muy pequeño en aquellas anteriormente nombradas clases de catequesis del San Elena. Agradecer su calidad humana,agradecerle a Juanjo su amistad , sus consejos.
Quiero, mediante estas líneas, homenajear a Juanjo y a lo que él representó, decirle a su familia, en especial a sus hijos, a quienes no conocí, que Juanjo dejó mucho; valores, amigos y sobre todo una enseñanza: hay que luchar siempre por lo que uno quiere y siente. Gracias, Juanjo. Para mí fuiste un grande. Para el Uruguay un ejemplo a seguir.
POR FLAVIO VELAZCO CARRERA
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