"Era injusto dejar el fútbol como iba a hacerlo" elobservador.com.uy
El Chino destacó su presente en Nacional, dijo que tiene más sueños por cumplir y que se siente pleno por lo que vive en los albos
Esta vez la sobremesa en el comedor de Los Céspedes fue más breve de lo habitual porque le esperaba una larga charla con El Observador antes de descansar los músculos para encarar el segundo turno de ayer en el complejo albo. “Me voy a sentar porque estoy muerto”, desliza apenas ingresa a la sala de conferencias. Mueve una silla y una nube de mosquitos lo ataca, como los defensas en la cancha, pero entre derechas e izquierdas los espanta. Acomoda el celular en otra silla, escucha y responde. Desde el primer momento habla en un tono paternal y reflexivo, con las pausas que siempre le acompañaron pero con la confianza que le brindan sus 35 años de vida y con el ánimo robustecido por su exitoso presente en Nacional, la felicidad de su entorno y la alegría de volver a disfrutar el fútbol como le gusta. De cada palabra se desprende la misma sensación del hombre aplomado, del tipo feliz, del jugador satisfecho.
“Cuando llegué al club muchos podían pensar que ya no estaba a la altura de las exigencias de Nacional. Lo dijeron, por supuesto, pero no era la realidad. Y lo que me llevó a querer dar vuelta lo que pensaban de mi era que sabía que estaba en condiciones de lograrlo”, explica, y sin hacer pausas rebobina hasta su regreso al fútbol uruguayo en 2010. “Cuando llegué a Danubio mis motivaciones fueron muy grandes, pero de a poco se fueron yendo por una cuestión en la que influyeron los escenarios en los que tenías que ir a jugar, más allá de que el grupo era espectacular”.
¿Lo desanimó el entorno?
Sí, pero no el de Danubio, el de las canchas a las que ibas que no son el reflejo de lo que es Uruguay hoy a nivel de selecciones. Eso me estaba desanimando.
¿Le dieron ganas de largar en algún momento?
En un momento sí, pero al mismo tiempo pensaba: había hecho una carrera larga, importante, buena, y era injusto dejar el fútbol de la manera que lo iba a abandonar, jugando poco y nada en Danubio, haciendo una campaña muy mala. Entonces surgió esa opción de Nacional, y estaba convencido de que para sentirme importante de nuevo y para hacer la diferencia futbolística tenía que ir a Nacional, por las canchas en las que juega.
Actualmente ya no es el Recoba olvidado que llegó a Nacional, es el que debe cargar con la responsabilidad. ¿Es una mochila?
No, todo lo contrario. Probablemente si me pasaba hace algunos años lo iba a sentir con más presión, pero en estos momentos no, porque estoy disfrutando plenamente, por mi madurez… me gustan muchas cosas. Y no digo que ahora me guste entrenar y antes no.
¿Le gustó entrenar?
Entrené siempre, pero esto es como el que estudia: a algunos no le gustan algunas materias, y bueno… en esa comparación, a mi no me gusta correr. Pero tenés que hacerlo, sino no pasás de año. Actualmente, porque las cosas salieron, porque desde el primer día que llegué a Nacional me sentí como en mi casa de nuevo y por muchas razones disfruto el entrenamiento, hacer fútbol en el Parque Central, ir en el ómnibus a la cancha, hacer la pretemporada, que todos tiremos para el mismo lado… eso a mi edad te da un plus, al que antes no le daba importancia.
¿Se imaginó seis meses como los que vivió en Nacional?
No tanto, pero se fue dando de a poco. De todas formas, nada se podrá comparar con ese momento especial que fue el clásico (del Apertura pasado), por todo. Porque ninguno, pero ninguno, aunque jugué muchos Inter-Milan, fue como el último. Y ya está: después del clásico me sentí que ya estaba, porque a eso había regresado, pero ahora mirás para adelante y hay mucho más.
"Trabajo para el equipo y para irme feliz a mi casa; y eso ahora lo disfruto más"
Quizás ese cambio fue porque comenzó a recibir elogios y se transformó otra vez en un ídolo reconocido.
No, no creo. Nunca viví para sentirme ídolo, surgió naturalmente.
Pero, por su carácter, queda la sensación de que necesita de esos impulsos y motivaciones.
Cuando llegué a Danubio lo hice con una emoción muy grande. Hubiera sido más fácil volver a Nacional, y luego terminar en Danubio, pero lo hice al revés.
Vuelvo a preguntar por lo mismo: ¿Le gusta jugar con la mochila de referente? ¿No le molesta?
Nunca me molestó, aunque reconozco que siendo más joven sentís más la presión. Hoy no sé si manejo la presión, pero ni la sufro ni me interesa. Juego al fútbol porque lo disfruto, disfruto como loco, porque valoro otras cosas, porque disfruto un clásico, una Libertadores, y porque considero que no estoy en competencia con ninguno de los gurises del plantel. Fijate: los demás todavía tienen intenciones o ganas de salir de nuevo (al exterior) y trabajan para eso. Sin embargo, ahora yo trabajo para el equipo y para irme feliz a mi casa, y lo disfruto más. Disfruto jugar 5’, 10’, 15’ o 90’.
Al comienzo de la temporada los dirigentes lo trajeron para que aportara 15’ de calidad, y terminó el Apertura jugando 30’ en buen nivel. ¿Ahora está para 90’?
Creo que sí, pero no impongo jugar 90 minutos porque sino lo que escribo con la mano lo borro con el codo. Estoy para jugar lo que entienda conveniente el entrenador. Cuando empecé a trabajar en Nacional, el profe me decía te saco una serie de ejercicios y yo le decía que sí, porque querían cuidarme y porque yo mismo me iba midiendo, porque venía de seis meses en los que jugué dos meses con problemas. Actualmente estoy a la par de todos. Obviamente que con 35 años no tengo la misma dinámica que uno de 20 años, que la suplís con otras cosas, con experiencia, mejor movimiento. Esta claro que no podés hacer 20 piques por partido, a veces uno o dos, pero eso lo suplís jugando más rápido.
"Cuando empecé a trabajar en Nacional, el profe me decía te saco una serie de ejercicios y yo le decía que sí, porque querían cuidarme y porque yo mismo me iba midiendo, porque venía de seis meses en los que jugué con problemas. Actualmente estoy a la par de todos"
Visto que Nacional armó un equipo amplio y competitivo para la Libertadores, ¿usted se genera expectativas de estar en una instancia decisiva?
Con el presupuesto de Nacional, que es inferior al de la mayoría de los otros clubes de Sudamérica, se hizo un equipo interesante para hacer una buena Copa. Capaz que jugamos los tres primeros partidos y quedamos afuera, pero con el plantel que había, más los refuerzos de primer nivel que vinieron, podemos aspirar a ir hasta el final. Pero muchas veces el mejor no es el campeón. Creo que podemos estar en una lista de candidatos a estar arriba. De todas formas, todo esto es en los papeles, después depende de la suerte, y de que estos cuatro meses tengas el plantel a full, metido y tirando todos para el mismo lado.
¿Prefiere ganar el Uruguayo o la Libertadores?
Tenemos un buen equipo para ganar el Clausura, y un equipo parejo, muy parejo, con experiencia y juventud para la Copa.
¿Le sorprendió el manejo de Gallardo en su debut como entrenador?
No lo conocí como compañero, sí como rival. Lo que puedo decir es que como entrenador está convencido de lo que hace, y convence al jugador. Si lográramos jugar a lo que Marcelo quiere: jugar rápido y ser agresivo cuando no tenemos la pelota, seríamos un equipo realmente importante. Para eso se necesita trabajo y tiempo, y muchas veces en el fútbol de hoy no hay tiempo para que te esperen. Tuve muchos entrenadores, con más experiencia que Marcelo, pero la forma de explicar que tiene es simple y le llega al jugador. Sabe transmitir las vivencias que tuvo como jugador e hizo el clic rápido.
Además, la forma en que ganó el Apertura marcó un mojón, porque pese a que corría riesgo su continuidad en el cargo se mantuvo fiel a su propuesta y terminó campeón.
Por eso te digo, tiene las cosas claras. Le ofrecieron defensas y él se mantuvo con los que estábamos adentro del plantel. Y al mismo tiempo dijimos vamos a ayudarlo realmente porque es un fenómeno, pero perdimos con Bella Vista. Ahí hicimos el cambio.
Lo llamaron de China dos veces en poco más de un mes y le hicieron una oferta millonaria. ¿Por qué las descartó?
Porque me llamaron hace cuatro años, hace dos años, el año pasado…
¿No quiere ir a China?
No, no es eso, es porque estoy en un momento en el que no me quiero ir de Nacional. Si me decías apenas había terminado con Danubio capaz que me iba, pero hoy no me voy por nada. Porque ver disfrutar a la familia como disfruta con el fútbol tiene un valor bárbaro y eso me lleva a decir que no me voy hoy por el compromiso que tengo con Nacional. Además pienso: si vinieron ahora, vendrán en seis meses. Ahora quiero salir campeón con Nacional y quiero disfrutarlo hasta junio. En junio veré qué hago.
¿Volvería a jugar en el exterior?
Como me siento hoy físicamente sí... capaz que en uno o dos meses digo no (se ríe). No voy a jugar hasta los 40, pero capaz que uno o dos años más juego. Lo que me puede llevar a decidirme por no jugar más es el tema de la concentración, porque son muchos años concentrando. Me encanta, porque paso bárbaro con todos los gurises, pero mis hijos están grandes y ahora fijate que mañana (hoy) nos vamos a Chile cinco días. Mi hija me dijo que quiere ir a Brasil al primer partido de la Copa. Estar lejos de la familia cuesta mucho y eso me puede llevar a alejarme del fútbol.
"Estoy en un momento en el que no quiero salir de Nacional"
¿La selección sigue estando en su horizonte futbolístico?
No, por una cuestión de que ya no soy parte de la selección. Tuve mi momento y la suerte de defender a Uruguay muchos partidos, pero hoy no porque en la posición en la que juego Uruguay tiene a los mejores jugadores. Con 35 años y el juego que puedo tener, hay futbolistas que le dan otra cosa a Uruguay y quedó demostrado.
¿La actuación de esta selección le genera envidia, sana envidia?
No hay sana envida.
¿Qué sensación le despierta?
Me hubiese gustado estar, pero al tener amigos en esa selección, como el Rusito (Diego Pérez), que sé lo que sufrió por la selección, a mi me pone feliz lo que le sucede. De todas formas, me hubiera gustado nacer cuatro o cinco años después
El Chino destacó su presente en Nacional, dijo que tiene más sueños por cumplir y que se siente pleno por lo que vive en los albos
Esta vez la sobremesa en el comedor de Los Céspedes fue más breve de lo habitual porque le esperaba una larga charla con El Observador antes de descansar los músculos para encarar el segundo turno de ayer en el complejo albo. “Me voy a sentar porque estoy muerto”, desliza apenas ingresa a la sala de conferencias. Mueve una silla y una nube de mosquitos lo ataca, como los defensas en la cancha, pero entre derechas e izquierdas los espanta. Acomoda el celular en otra silla, escucha y responde. Desde el primer momento habla en un tono paternal y reflexivo, con las pausas que siempre le acompañaron pero con la confianza que le brindan sus 35 años de vida y con el ánimo robustecido por su exitoso presente en Nacional, la felicidad de su entorno y la alegría de volver a disfrutar el fútbol como le gusta. De cada palabra se desprende la misma sensación del hombre aplomado, del tipo feliz, del jugador satisfecho.
“Cuando llegué al club muchos podían pensar que ya no estaba a la altura de las exigencias de Nacional. Lo dijeron, por supuesto, pero no era la realidad. Y lo que me llevó a querer dar vuelta lo que pensaban de mi era que sabía que estaba en condiciones de lograrlo”, explica, y sin hacer pausas rebobina hasta su regreso al fútbol uruguayo en 2010. “Cuando llegué a Danubio mis motivaciones fueron muy grandes, pero de a poco se fueron yendo por una cuestión en la que influyeron los escenarios en los que tenías que ir a jugar, más allá de que el grupo era espectacular”.
¿Lo desanimó el entorno?
Sí, pero no el de Danubio, el de las canchas a las que ibas que no son el reflejo de lo que es Uruguay hoy a nivel de selecciones. Eso me estaba desanimando.
¿Le dieron ganas de largar en algún momento?
En un momento sí, pero al mismo tiempo pensaba: había hecho una carrera larga, importante, buena, y era injusto dejar el fútbol de la manera que lo iba a abandonar, jugando poco y nada en Danubio, haciendo una campaña muy mala. Entonces surgió esa opción de Nacional, y estaba convencido de que para sentirme importante de nuevo y para hacer la diferencia futbolística tenía que ir a Nacional, por las canchas en las que juega.
Actualmente ya no es el Recoba olvidado que llegó a Nacional, es el que debe cargar con la responsabilidad. ¿Es una mochila?
No, todo lo contrario. Probablemente si me pasaba hace algunos años lo iba a sentir con más presión, pero en estos momentos no, porque estoy disfrutando plenamente, por mi madurez… me gustan muchas cosas. Y no digo que ahora me guste entrenar y antes no.
¿Le gustó entrenar?
Entrené siempre, pero esto es como el que estudia: a algunos no le gustan algunas materias, y bueno… en esa comparación, a mi no me gusta correr. Pero tenés que hacerlo, sino no pasás de año. Actualmente, porque las cosas salieron, porque desde el primer día que llegué a Nacional me sentí como en mi casa de nuevo y por muchas razones disfruto el entrenamiento, hacer fútbol en el Parque Central, ir en el ómnibus a la cancha, hacer la pretemporada, que todos tiremos para el mismo lado… eso a mi edad te da un plus, al que antes no le daba importancia.
¿Se imaginó seis meses como los que vivió en Nacional?
No tanto, pero se fue dando de a poco. De todas formas, nada se podrá comparar con ese momento especial que fue el clásico (del Apertura pasado), por todo. Porque ninguno, pero ninguno, aunque jugué muchos Inter-Milan, fue como el último. Y ya está: después del clásico me sentí que ya estaba, porque a eso había regresado, pero ahora mirás para adelante y hay mucho más.
"Trabajo para el equipo y para irme feliz a mi casa; y eso ahora lo disfruto más"
Quizás ese cambio fue porque comenzó a recibir elogios y se transformó otra vez en un ídolo reconocido.
No, no creo. Nunca viví para sentirme ídolo, surgió naturalmente.
Pero, por su carácter, queda la sensación de que necesita de esos impulsos y motivaciones.
Cuando llegué a Danubio lo hice con una emoción muy grande. Hubiera sido más fácil volver a Nacional, y luego terminar en Danubio, pero lo hice al revés.
Vuelvo a preguntar por lo mismo: ¿Le gusta jugar con la mochila de referente? ¿No le molesta?
Nunca me molestó, aunque reconozco que siendo más joven sentís más la presión. Hoy no sé si manejo la presión, pero ni la sufro ni me interesa. Juego al fútbol porque lo disfruto, disfruto como loco, porque valoro otras cosas, porque disfruto un clásico, una Libertadores, y porque considero que no estoy en competencia con ninguno de los gurises del plantel. Fijate: los demás todavía tienen intenciones o ganas de salir de nuevo (al exterior) y trabajan para eso. Sin embargo, ahora yo trabajo para el equipo y para irme feliz a mi casa, y lo disfruto más. Disfruto jugar 5’, 10’, 15’ o 90’.
Al comienzo de la temporada los dirigentes lo trajeron para que aportara 15’ de calidad, y terminó el Apertura jugando 30’ en buen nivel. ¿Ahora está para 90’?
Creo que sí, pero no impongo jugar 90 minutos porque sino lo que escribo con la mano lo borro con el codo. Estoy para jugar lo que entienda conveniente el entrenador. Cuando empecé a trabajar en Nacional, el profe me decía te saco una serie de ejercicios y yo le decía que sí, porque querían cuidarme y porque yo mismo me iba midiendo, porque venía de seis meses en los que jugué dos meses con problemas. Actualmente estoy a la par de todos. Obviamente que con 35 años no tengo la misma dinámica que uno de 20 años, que la suplís con otras cosas, con experiencia, mejor movimiento. Esta claro que no podés hacer 20 piques por partido, a veces uno o dos, pero eso lo suplís jugando más rápido.
"Cuando empecé a trabajar en Nacional, el profe me decía te saco una serie de ejercicios y yo le decía que sí, porque querían cuidarme y porque yo mismo me iba midiendo, porque venía de seis meses en los que jugué con problemas. Actualmente estoy a la par de todos"
Visto que Nacional armó un equipo amplio y competitivo para la Libertadores, ¿usted se genera expectativas de estar en una instancia decisiva?
Con el presupuesto de Nacional, que es inferior al de la mayoría de los otros clubes de Sudamérica, se hizo un equipo interesante para hacer una buena Copa. Capaz que jugamos los tres primeros partidos y quedamos afuera, pero con el plantel que había, más los refuerzos de primer nivel que vinieron, podemos aspirar a ir hasta el final. Pero muchas veces el mejor no es el campeón. Creo que podemos estar en una lista de candidatos a estar arriba. De todas formas, todo esto es en los papeles, después depende de la suerte, y de que estos cuatro meses tengas el plantel a full, metido y tirando todos para el mismo lado.
¿Prefiere ganar el Uruguayo o la Libertadores?
Tenemos un buen equipo para ganar el Clausura, y un equipo parejo, muy parejo, con experiencia y juventud para la Copa.
¿Le sorprendió el manejo de Gallardo en su debut como entrenador?
No lo conocí como compañero, sí como rival. Lo que puedo decir es que como entrenador está convencido de lo que hace, y convence al jugador. Si lográramos jugar a lo que Marcelo quiere: jugar rápido y ser agresivo cuando no tenemos la pelota, seríamos un equipo realmente importante. Para eso se necesita trabajo y tiempo, y muchas veces en el fútbol de hoy no hay tiempo para que te esperen. Tuve muchos entrenadores, con más experiencia que Marcelo, pero la forma de explicar que tiene es simple y le llega al jugador. Sabe transmitir las vivencias que tuvo como jugador e hizo el clic rápido.
Además, la forma en que ganó el Apertura marcó un mojón, porque pese a que corría riesgo su continuidad en el cargo se mantuvo fiel a su propuesta y terminó campeón.
Por eso te digo, tiene las cosas claras. Le ofrecieron defensas y él se mantuvo con los que estábamos adentro del plantel. Y al mismo tiempo dijimos vamos a ayudarlo realmente porque es un fenómeno, pero perdimos con Bella Vista. Ahí hicimos el cambio.
Lo llamaron de China dos veces en poco más de un mes y le hicieron una oferta millonaria. ¿Por qué las descartó?
Porque me llamaron hace cuatro años, hace dos años, el año pasado…
¿No quiere ir a China?
No, no es eso, es porque estoy en un momento en el que no me quiero ir de Nacional. Si me decías apenas había terminado con Danubio capaz que me iba, pero hoy no me voy por nada. Porque ver disfrutar a la familia como disfruta con el fútbol tiene un valor bárbaro y eso me lleva a decir que no me voy hoy por el compromiso que tengo con Nacional. Además pienso: si vinieron ahora, vendrán en seis meses. Ahora quiero salir campeón con Nacional y quiero disfrutarlo hasta junio. En junio veré qué hago.
¿Volvería a jugar en el exterior?
Como me siento hoy físicamente sí... capaz que en uno o dos meses digo no (se ríe). No voy a jugar hasta los 40, pero capaz que uno o dos años más juego. Lo que me puede llevar a decidirme por no jugar más es el tema de la concentración, porque son muchos años concentrando. Me encanta, porque paso bárbaro con todos los gurises, pero mis hijos están grandes y ahora fijate que mañana (hoy) nos vamos a Chile cinco días. Mi hija me dijo que quiere ir a Brasil al primer partido de la Copa. Estar lejos de la familia cuesta mucho y eso me puede llevar a alejarme del fútbol.
"Estoy en un momento en el que no quiero salir de Nacional"
¿La selección sigue estando en su horizonte futbolístico?
No, por una cuestión de que ya no soy parte de la selección. Tuve mi momento y la suerte de defender a Uruguay muchos partidos, pero hoy no porque en la posición en la que juego Uruguay tiene a los mejores jugadores. Con 35 años y el juego que puedo tener, hay futbolistas que le dan otra cosa a Uruguay y quedó demostrado.
¿La actuación de esta selección le genera envidia, sana envidia?
No hay sana envida.
¿Qué sensación le despierta?
Me hubiese gustado estar, pero al tener amigos en esa selección, como el Rusito (Diego Pérez), que sé lo que sufrió por la selección, a mi me pone feliz lo que le sucede. De todas formas, me hubiera gustado nacer cuatro o cinco años después
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