HABLAREMOS DE UN ATLETA , TAL VEZ EL MÁS COMPLETO QUE NOS DIO NUESTRO PAÍS.. UN POLI- DEPORTISTA DE EXCEPCIÓN.
Nació en Montevideo el 21 de marzo de 1902. Falleció en Montevideo a los 77 años de edad. Fue empleado del Jockey Club de Montevideo. Practicó con singular solvencia las más diversas disciplinas deportivas en competencias locales e internacionales. En 1925 fue capitán del equipo de Unión Atlética campeón uruguayo y rioplatense de básquetbol , el deporte en que fue figura estelar. En 1930 fue capitán del seleccionado uruguayo que ganó invicto el Primer Campeonato Sudamericano de Básquetbol , en Montevideo. En 1932 fue capitán del equipo seleccionado uruguayo que ganó el Segundo Campeonato Sudamericano de Básquetbol , realizado en Santiago de Chile. En 1935 fue capitán de Nacional, campeón de básquetbol de 1ª división. En 1936 fue capitán del seleccionado de básquetbol que representó al Uruguay en el Primer Campeonato incluido en los programas olímpicos en los Juegos de Berlín. En 1946 fue proclamado por iniciativa popular “Caballero del Deporte”. En Atletismo fue campeón y recordman nacional de 110 metros con vallas desde 1919 representando al Club Atlético Stockolmo. De Stockolmo pasó a la Unión Atlética , rama deportiva del Club Católico. Más tarde jugó oficialmente en Nacional de Regatas, en el Club Nacional de Football aparte de haber defendido en distintos deportes a varias otras instituciones deportivas.
Como basquetbolista asumió la mayor responsabilidad estratégica de su época, cual era la de jugar de centro en aquellas formaciones que por su similitud con el fútbol se conformaban con dos zagueros un centro y dos delanteros Miniestrategia de minifútbol . El centro comportaba el sacrificio de la doble misión ofensiva y defensiva en tanto que los delanteros eran exclusivamente atacantes y los “guards” puramente defensores. Juan Antonio Collazo , el “Maestro ateniense, constituía ejemplo por entonces con un estilo muy particular y gozaba de una popularidad bien ganada en ambas orillas del Plata, amén de su prestigio artístico-deportivo como el Jean Antoine de la Trouppe Ateneniense y de la Radio Carve. Pero cuando comenzó a imponerse Leandro, Collazo sintió la rivalidad que quedaba planteada en términos caballerescos , pues la caballerosidad era condición principalísima en los dos cracks del baloncesto nuestro de primer cuarto del siglo y principios del segundo. A esa altura de la naciente historia internacional del baloncesto uruguayo los equipos de básquetbol por lo menos en el Río de la Plata , carecían de una dirección técnica especializada y la única orientación táctica quedaba librada al criterio de cada cual , metido, no obstante , a la tónica que imponían los caudillos o , aún no siéndolo, de los centrodelanteros gracias al derecho que emanaba de su función coordinadora y de la preponderancia que adquirían por despositarios de la estimulante simpatía popular, hecha fanatismo sobre el borde mismo de canchas desamparadas de barreras.
ANECDOTARIO
Entre las muchas anécdotas que se suelen relatar cuando los recuerdos vienen a la rueda de los nostálgicos parece tener una cierta preferencia la que se refiere a la única vez que Leandro fue expulsado de una cancha de básquetbol , por supuesto que injustamente , por un conocido juez chileno casualmente amigo de Leandro. El protagonista d esta expulsión fue Pérez Correa de quien se tiene el recuerdo de haber actuado en el Primer Campeonato Sudamericano de Básquetbol , en el que Leandro fue el capitán del equipo uruguayo campeón invicto. Fue durante un partido internacional (contra Argentina y en Buenos Aires) , en que con el cordobés Yanuzzi tuvo un entredicho tan injusto como grosero y que el juez liquidó con la expulsión de Leandro, probablemente porque la expulsión de Yanuzzi , como correspondía , no resolvía ahí mismo el problema y en cambio la expulsión de Leandro era el camino más cómodo para salvar el trance. Por supuesto que Leandro quedó más apenado por la injusticia que por el incidente y que por la expulsión, tan reñida con el sentido común que fue motivo para que dos jugadores argentinos, Alberto Orri y Olindo Onetto, fundieran en una las dos medallas que había ganado en ese partido de la insólita expulsión de Leandro y se la regalaran al veterano capitán de los uruguayos a manera de desagravio. Leandro le concedió al gesto y a su símbolo , la medalla, tal trascendencia que desde entonces sólo usó esa medalla. (C.G.)
SOLO UNA VEZ FUE LESIONADO
Leandro se inició en Stockolmo en la segunda década del siglo, época en que no era habitual cambiar de club. De Stockomo pasó a militar en la Unión Atlética cuya insignia llevó a la conquista por única vez en la historia del Campeonato de Primera División. Pero también se fue de Unión Atlética , para vestir la camiseta del Club Nacional de Regatas Institución que defendió también en remo. En una incidencia bajo el tablero, Leandro resultó herido en el arco superciliar derecho. Fue , por supuesto una casualidad, pero marcada porque el causante era precisamente su ex compañero y permanente admirador y amigo, Celso García incapaz de una violencia, ni en su propia defensa (C.G)
(Fuente ESTRELLAS DEPORTIVAS – Fascículo 109 – Escribe HECTOR LOPEZ REBOLEDO)
Fue varias veces campeón nacional de volley ball jugando por Sporting desde 1921 hasta 1934.
ResponderEliminarGomez Harley tiene algún parentesco con el gral Leandro Gomez o es casualidad el nombre.
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