Oscar Aldo Moglia nació en Montevideo el 1º de febrero de 1935. Es
considerado fuera y dentro del Uruguay como uno de los mejores jugadores de la
historia del básquetbol en Sudamérica. Aprendió a “tirar al aro” antes que a
multiplicar y sin pisar una cancha. Fue en la calle, practicando con el balcón de una
vecina del Parque Rodó. Jugó al fútbol en el club “Mar de Fondo” de ese barrio.
Pero abandonó este deporte cuando un compañero de escuela lo llevó al Club
Welcome. Un torneo interno de cebollitas fue su primera competencia como
basquetbolista.
Moglia jugó en la primera división del Club Atlético Welcome de Montevideo
desde 1950 a 1972. Su rol dentro del equipo era de goleador y como tal se destacó
tanto en el ámbito nacional como internacional. Entre 1953 y 1960 fue el máximo
anotador del Campeonato Federal.( Moglia fue goleador federal consecutivamente desde 1953 a 1960 8 veces, goleador sudamericano 1955,1957 y 1960 e integrante del quinteto ideal de los juegos olímpicos de Melbourne 1956.- Jugador formidable,calentón y metedor como ninguno.) En tres oportunidades alcanzó ese lauro en el
campeonato Sudamericano: 1955, 1958 y 1960. También se consagró como el
mayor goleador en los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956.
Algo chueco. Medía casi dos metros de altura y tenía un peso mayor a los
100 kilos. Tenía un porte imponente. Su personalidad única y avasallante, y la
inteligencia y fundamentos extraordinarios para el básquetbol hicieron que fuera
respetado y admirado por compañeros y rivales. Ningún uruguayo ha alcanzado el
renombre internacional obtenido por Moglia en las décadas del 50 y 60. Su
magnífico desempeño como goleador le dio importantes logros a sus equipos. Con
Welcome fue cinco veces Campeón uruguayo, en 1953,
1956, 1957, 1966 y 1967. Con Uruguay ganó dos veces el
Sudamericano, Montevideo 1953 y Cúcuta 1955, y obtuvo la
Medalla de Bronce del tercer puesto en los Juegos Olímpicos
de Melbourne en 1956, detrás de los colosos de entonces:
Estados Unidos y Unión Soviética.
"Aplanadora" fue el título de "El Gráfico" cuando comentó su proeza del 23
de diciembre del 53 en el Campeonato Federal Uruguayo. Defendiendo a Welcome
frente a Malvín, anotó 68 puntos y obtuvo el récord individual de anotación en un
partido. En el año 1972 se retiró como jugador a los 37 años, a causa de la artrosis
que le afectó una rodilla. Luego se desempeñó como Director Técnico de Welcome.
Murió a los 54 años, el 8 de octubre de 1989.
Opiniones
Página web Welcome.
Sin dudas fue EL MAS GRANDE, no solamente en Uruguay, sino también en Sudamérica... y muchos aseguran también que fue de los mejores del mundo.
Sus logros individuales y colectivos así lo indican...
Dueño de una personalidad única, avasallante, ganador nato y con una inteligencia y fundamentos para el basketball nunca vistos en la historia de este deporte.
Respetado y admirado por compañeros y rivales, en cualquier rincón del mundo.
Basta mencionar la palabra "basketball" para relacionarla con el apellido MOGLIA.
Basta viajar al exterior y sacar el tema "basketball uruguayo", y seguramente alguien "aparecerá" refiriéndose maravillado a OSCAR MOGLIA.
Y eso que ya ha pasado casi medio siglo de sus "épocas doradas" "El como jugador...¡¡¡sin dudas, un caso muy poco común, no sólo en el deporte sino en cualquier órden de la vida!!!
Y los welcomenses tuvimos la suerte de disfrutarlo, no sólo como jugador, sino también como director técnico y más que nada como persona...¡¡¡UN FENOMENO EN TODO SENTIDO!!!
El basketball uruguayo se siente orgulloso de que Oscar Moglia haya nacido en nuestro país y defendido la camiseta celeste de la manera en que lo hizo.
Por su calidad deportiva, por su juego inigualable, por sus logros individuales y colectivos, por su calidad humana, por su personalidad, por su amistad, por su hombría de bien...en una palabra: POR HABER SIDO COMO FUE, OSCAR MOGLIA FUE, ES Y SERA SIEMPRE EL MAS GRANDE...
¡¡¡Gracias Dios por haberlo hecho uruguayo y de Welcome!!!
EL Periodista Jorge Curto dijo
:de haber conocido personalmente al gran Oscar Moglia, es algo que me enorgullece, pero como si fuera poco, también compartí con él la audición "Hombre a Hombre" desde su inicio en CX10 radio Continente.
Detrás de ese hombre con gesto adusto, de ese hombre ácido en sus comentarios radiales, como así también en su querida columna del diario "Mundocolor", se "escondía" un hombre bueno, leal e íntegro por sobre todas las cosas...alguien que caminaba por la vida "de la mano" con la rectitud y la verdad, pero con un corazón enorme, el cual "sólo" lo compartía con sus seres queridos y amigos. Si podrán dar fe de lo expuesto, su querida esposa Irma y el Osky.
Deportivamente, sólo lo pude ver en su vuelta para "salvar" a su querido Welcome...imposible no recordar sus enormes esfuerzos físicos para disimular dolencias, y entrar a la cancha para demostrar que seguía siendo un fenómeno.
En lo personal, tuve la suerte - de muy pocos - de estar todos los días en contacto con él, de ser "exigido" al máximo para conseguir las mejores notas, las últimas noticias y por ende, hacer el mejor programa de todos... No tengan dudas que gracias a él lo fue.
Nadie lo dejaba de escuchar, inclusive los que sabían que iban a recibir "palos" y sin "piedad"...
Pero ninguno de ellos - técnicos, dirigentes o jugadores - negaron nunca una nota, a lo sumo me trasmitían alguna "queja", pero en el fondo reconocían que Oscar era el más grande, y que cada vez que opinaba "cantaba la justa" y no se "casaba" con nadie.
Sabían que era sincero, leal y que su opinión vaya si pesaba y era respetada...también en el periodismo fue el número uno por mérito propio.
Lo que aprendí con Oscar así como las vivencias compartidas son imborrables...Fue el más grande dentro como fuera de los rectángulos...Algo que sólo los fenómenos pueden conseguir".
Carlos Blixen ex compañero de la Selección Uruguaya dijo .-
¡Qué fácil planificar la estrategia del ataque!
Alcanzarle la pelota al hombre del lado izquierdo
Un chueco lleno de gol con la rodilla en el aire
Una precipitación de pases, una fábrica de juego
En la provincia de Córdoba, una noche de verano
cristalizó en un milagro, tu repertorio fecundo
Lo que salió de tu alma, de tu mente, de tus manos
no se verá nunca más. ¡Eras el mejor del mundo!
Jamás lo podré olvidar, allá lejos y hace tiempo
Ante un estadio de pie, se izaba nuestra bandera
Temblando entonaba el himno hasta que llegó un momento
en que mi voz se quebró. Lloré como el niño que era.
Hoy sólamente una amiga me recuerda aquellas glorias
Es mi medalla de bronce que te dice: GRACIAS OSCAR.
EL INGLES
Mayo de 1980
Formentera, Baleares, España
OSCAR –OSKY- MOGLIA SU HIJO DIJO
Por razónes de edad, nunca lo he visto jugar, pero tengo el gran orgullo de que mucha gente me pare por la calle para hablarme maravillados de lo que ha sido mi Padre...me cuentan anécdotas, opiniónes o comentarios de algún partido o jugada inolvidable para ellos. Y esto me pasa no solamente en Uruguay, sino en muchos otros países donde alguna vez yo he estado. Sinceramente, esto para mi es una enorme satisfacción, y un motivo más para estar orgulloso”
. PALABRAS DE
Opino Raúl Ballefin ex jugador , entrenador y periodista .
RAUL BALLEFIN EL DIA EN QUE OSCAR CUMPLIRIA 68 AÑOS
"Fecha para recordar, fecha para vivir: Oscar Moglia nació para pasar por la vida como un iluminado. Justo justo en el más profundo análisis nació con una pelota de lo que fuera, el deporte que quisiera.
Oscar vive porque fue tanto lo que vistió su accionar que resulta imposible no mencionarlo.
Los que tuvimos la fortuna de conocerlo lo sabíamos, pese a su grandeza, un tímido, que no aceptaba los olvidos.
La tusudez, la rudeza, el error resultaban para él inaceptables. Disfrutaba con los exquisitos. Llegó a ser lo que fue: el más grande; porque caminó sabiendo que su sabiduría afloraba sin pensar. Pasando: un genio. Tenía la virtud de ver la cancha mucho más grande que todos en su "quinta", atacando a la izquierda dio cátedra: de espaldas al tablero, de frente...¡que más!.
Cumplió -con Irma- una compañera que queremos, la tremenda alegría de Osky. Le salió como soñaba, le costaba verlo, tenía miedo a sus reacciones pero supo comprobar que los matices los había adoptado.
Declaro personalmente que tuve siempre la mayor admiración. Como rezongón que era, no faltó el enojo por algún comentario que no le conformaba, pero siempre esos enojos duraron poco. La última vez, en Buenos Aires, en la W. Jones, alguien que ambos queríamos mucho se encargó de juntarnos terminando todo con un abrazo y Leon Nadjnudel, feliz de conseguir ese arreglo.
Todos, su familia, el basquetbol y los que lo quisimos sin duda sabemos de la tremenda infamia de su pérdida. Joven pérdida que acompañamos hasta su triste final. No nos convence su ausencia. Oscar, hoy, en Uruguay, en América permanece en cada minuto de su Welcome.
No escribo de alguien que partió, escribo de alguien que fue y será el Básquetbol de América. Siempre estará junto a todos, vigilante del futuro feliz de nuestro básquetbol.
Oscar presente; te recordaremos siempre para alegría de una familia que te idolatra.
Hasta pronto Oscar, un admirador más. Raúl.-"
Victor Hugo Morales-periodista deportivo uruguayo hoy en día radicado en la argentina.
"Es hasta el pueblo quieto y dulce donde yo vivía que Moglia llega con la incipiente leyenda de los años sesenta.
Era el Oscar, por entonces, la foto de un doble, la inmensa cantidad de puntos que reflejaba la estadística del partido, la selección en tiempos de grandes triunfos internacionales. Noches inolvidables pegado a la radio, soñando sus jugadas, relatando luego, por las tardes, mis propias jugadas en las que Moglia y yo, eramos la misma persona. El fanatismo por Welcome superaba en importancia al propio fútbol.
Luego, en los años 70, viviendo ya en Montevideo, tuve la revancha. La formidable experiencia de verlo jugar, de seguir sus pasos por las canchas de la ciudad en aquella reaparición que nos permitió a muchos, vivir la aventura a la que su arte incomparable nos lanzaba en cada partido. Por pocos episodios de mi historia personal valoré mi suerte de una manera tan agradecida.
Un día, siendo yo un jugador de un cuadro de Colonia, me animé a invitarlo para que fuera a disputar un partido exhibición; ahora me estaba dando el gusto, de gozar el asombro desde adentro. Por años, con los amigos del Estrella Azul, hablamos de la magia de sus pases, de los pelotazos que nos dio en la cara cuando lanzaba la pelota sin que lo esperáramos. Sólo había que levantar luego la cabeza y embocar. Aquella experiencia, compartida con Manolo Gadea, Mirande y otros, nos acercó además al ser humano.
Ya tenía mis prevenciones respecto al comportamiento muy distinto de las estrellas respecto al hombre común.
El Oscar resultó el más potente desmentido para lo que me parecía una ley.
Nunca había pasado por Colonia, por nuestra vida de amantes del basquetbol, ante los deslumbrados ojos de aquellas horas, un hombre que siendo extraordinario como actor de los sueños de la gente, fuera al mismo tiempo una cima de la sencillez, la cordialidad, la verdadera grandeza humana.
Finalmente, un día, el Oscar hizo cuanto pudo con su capacidad de persuación para que me incorporara como dirigente de Welcome. Siempre tendré una cierta pena de no haber podido responderle con una acción como la que el Club y sobre todo, el mismo Moglia, se merecían.
Al poco tiempo me fui del Uruguay y el Oscar se convirtió en una de mis mejores leyendas, recuerdos y experiencias personales.
Sólo Maradona y lo que siempre imaginé y nunca vi de Santos Pereyra, me provocaron mayor felicidad en la relación del deporte y el arte.
Cuando me llegó a Buenos Aires la noticia de la muerte del Oscar, escribí una página que leí en el arranque de mi programa. Decenas de llamados de Bahía Blanca, de Córdoba, de la propia capital, se produjeron pidiéndome que acercara sus saludos a todo el Uruguay. Es que el país basquetbolístico ha sido Moglia. Lo que recuerdan de aquellos tiempos las ciudades donde se respira basquet en la Argentina son las hazañas de Moglia.
Por donde paseó su estampa, en cada escenario donde haya ofrecido sus dobles y pases increíbles, nada puede haber más fuerte para iluminar la pasión y la propia historia del basquet.-"
Recuerdo con admiración, sobre todo, sus pases "de faja", eran inigualables y me sorprendían siempre por inesperados...sin palabras
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